Las principales organizaciones cárnicas porcinas españolas han pedido a sus asociados que extremen al máximo las precauciones para evitar la entrada en España de la peste porcina africana (PPA) a nuestro país, tras años expandiéndose por países europeos. En concreto, la Interprofesional del Porcino de Capa Blanca (Interporc) solicita que se disminuya «e incluso frenen» las importaciones de porcino tanto de animales vivos como productos cárnicos desde zonas afectadadas por la enfermedad. ¿La razón? Un sistema de trazabilidad de orígenes y garantía sanitaria «complejo y no siempre fiable», reconoce la propia patronal, según recoge Nerea San Esteban en voxpopuli.com.

En un cartel enviado y remitido conjuntamente con la Asociación Nacional de Industrias de la Carne de España (Anice) a sus asociados este enero, Interporc expone que la entrada de productos cárnicos de países con presencia de la enfermedad «es difícil de controlar, sobre todo en matanzas domiciliarias, como sucede en los países del Este».

Una falta de confianza que se da pese a que, como exponen Anice e Interporc, España es uno de los países de la Unión Europea con mayor número de importaciones de animales, ya sean lechones, reposición o cerdos para sacrificio.

Una postura que defeinde también el sector, ya que en julio la COAG ya pedía a todos los agentes del sector porcino, en especial a las empresas importadoras, responsabilidad para evitar la entrada de la PPA a nuestro país tras detectarse varios casos junto a los Países Bajos.

PESE A LOS AVISOS DE LA PATRONAL Y DEL PROPIO SECTOR, LAS IMPORTACIONES DE PORCINO SUBIERON EN 2022 UN 8%

En su barómetro de diciembre, al que ha tenido acceso el periódico, Interporc solicita de forma clara a sus asociados «disminuir e incluso frenar la importación de animales vivos y carne y productos cárnicos durante los próximos meses, hasta conocer el desarrollo y evolución de la enfermedad». De existir importaciones, anota, se deben «realizar los controles pertinentes en origen». «Es un tema que preocupa y ocupa. No podemos evitar el movimiento dentro de la UE, pero son medidas de bioseguridad», cuentan fuentes de la Interprofesional consultadas por Vozpópuli.

No es, sin embargo, la primera vez que las patronales ponen una indicación similar sobre la mesa, aunque sí de forma tan evidente. Ya en julio, Anice envió una circular a sus asociados en la que invitaba a «evitar la importación de animales vivos de zonas afectadas o de riesgo de presencia» del virus, recordando que España importa 75.000 animales vivos a la semana (lechones para vida, lechones para sacrificio y cerdo de engorde para sacrificio), «por lo que habrá que centrar esfuerzos en esta medida».

Al mismo tiempo, solicitaba evitar traer carne y/o productos frescos o curados desde países afectados. «Es importante prestar especial atención a los trabajadores que procedan de países afectados o de riesgo de presencia de la enfermedad al traer de sus países de origen productos cárnicos que pudieran estar contaminados con el virus. Por ejemplo, un simple bocadillo de embutido, preparado en zona infectada, puede originar un nuevo brote de enfermedad», anotaba.

Pese al llamamiento de las patronales cárnicas a la prevención y el freno de esta actividad durante la segunda mitad del año pasado, las importaciones de cerdo se han seguido produciendo. De hecho, y en relación con los informes que maneja Interporc, en los diez primeros meses de 2022 (entre enero y octubre) se han importado en España 2,61 millones de cabezas de porcino, lo que se traduce en un crecimiento del 8% en volumen y un 12% en valor de las importaciones de porcino de animales vivos respecto al mismo periodo del año anterior, siendo Países Bajos el principal proveedor de cerdos vivos.