Cientos de personas se manifestaron este domingo en Iruñea para pedir la paralización de las obras de recrecimiento y reclamar un “informe internacional” sobre sismicidad. Los colectivos opositores al proyecto exigen que «Yesa no puede esperar porque ya han ocurrido demasiadas cosas graves; no puede esperar porque cada millón que se sume a este fiasco terminaremos pagándolo entre todos, porque la inviabilidad de este proyecto es cada día más patente y está dando al traste con el futuro de las comarcas afectadas; no puede esperar porque con la seguridad no se juega. No podemos esperar más. Hay que parar Yesa y analizar la situación para dar solución al atolladero en que se ha convertido».

Además, e independientemente de la situación en que quede Yesa, consideran de justicia una reforma de las leyes de seguridad de presas, «que son las que han permitido iniciar proyectos tan polémicos desde el principio como éste, que se ahonde en la política de hechos consumados y que la seguridad de las personas esté supeditada a las arbitrariedades de los organismos competentes, más pendientes de la política y de aventuras técnicas, que del principio básico de precaución y de la buena gestión de las aguas y el dinero públic.
Asimismo, respecto a las declaraciones del presidente de la CHE, Raimundo Lafuente Dios, diciendo que «recrecer Yesa y no llenarlo sería ridículo», estos colectivo aseguran que están «de acuerdo. Sería ridículo. Y vergonzoso, como son los casos de Montearagón, El Val, Lechago, La Loteta, los aeropuertos sin aviones, la Plataforma Castor. Yesa tiene visos de convertirse en el gran fiasco de la historia hidráulica del Estado Español, no solo con desastrosas consecuencias en lo económico, sino sobre la seguridad de las personas. Este proyecto no tenía que haber continuado su marcha tras la moratoria de 2007. Si este proyecto se analizara, no se permitiría su continuación. Pretenden intentar terminarlo y llenarlo, todo con tal de no reconocer el desastre. Esperemos no lamentar otro desastre mayor».