Unión de Uniones de Agricultores y Ganaderos, tras los resultados electorales en Estados Unidos, muestra su preocupación ante las promesas realizadas en campaña electoral por Donald Trump sobre los aranceles y pide firmeza a la UE en las negociaciones que haga con ese país. En este sentido, recuerdan que «ya sabemos que Trump cambia aviones por aceitunas sin que le tiemble el pulso. Por eso, es importante que la UE sea capaz de lidiar con esta situación y negociar de la mejor forma posible para que la agroalimentación no sea moneda de cambio».
Unión de Uniones, tras haber realizado un estudio sobre la balanza comercial en agroalimentación con Estados Unidos, quiere llamar la atención sobre la importancia de los productos estratégicos a nivel nacional y que son los que más se exportan allí y, por ende, los que pagarían los platos rotos de un aumento arancelario.
La organización agraria recuerda que una de las promesas electorales de Trump en su campaña de proteccionismo es la imposición de un arancel del 10% a todos los productos provenientes de la UE, sin importar el origen, con el objetivo de fomentar la fabricación propia.
Esta medida, acompañada de otras muchas para otros países, – especialmente agresivo con China y México – afectaría de lleno a productos como el aceite de oliva, que representa un 29,5% del total agroalimentario que se exporta a Estados Unidos, con ventas de más de 739 millones de euros en 2023, al vino, que alcanzaba los 313 millones de euros en 2023, y a las conservas de vegetales y de frutas, que representan un 13,2% del total que sale hacia EEUU.
Unión de Uniones insta a la Comisión Europea a negociar y agotar todas las vías, pero le pide «la misma contundencia y agilidad en los trámites para evitar que el impacto sea el mínimo posible, evitando procesos largos como en el caso de la aceituna de mesa ante la OMC, a la que aún se siguen aplicando aranceles punitivos del 31%». Asimismo, propone buscar mercados alternativos y aliarse, llegado el caso, con países terceros que puedan encontrarse en la misma situación.
En este sentido, la organización cree que la UE debería recordar a la Administración Trump que «emprender una guerra comercial tendría negativas consecuencias para ambas partes, pero que la UE puede también adoptar medidas parecidas productos que también tienen un valor estratégico para Estados Unidos, como las almendras; pero también en productos de automoción, tecnología, alcohol o bienes de lujo. Incluso podrían establecerse barreras arancelarias a la soja norteamericana si la Unión se asegurarse su suministro desde otros países grandes productores como Brasil y no se afectase negativamente al mercado de piensos de la UE».
«Tenemos que estar muy vigilantes con este tema y no sólo en lo referido exclusivamente a la alimentación porque ya sabemos que Trump cambia aviones por aceitunas sin que le tiemble el pulso», comentan desde Unión de Uniones. «Es importante que la UE sea capaz de lidiar con esta situación y negociar de la mejor forma posible para que la agroalimentación no sea moneda de cambio», concluyen.