De hecho, en los mismos Estatutos de ASAJA de Castilla y León, se destaca como fines y funciones esenciales, “La promoción social de la familia agraria a través de la mejora de su renta y la adecuación y mejora de su calidad de vida” y “La defensa de la explotación familiar agraria”. Igualmente, y tal como subraya el COPA-COGECA, el colectivo que agrupa a organizaciones y cooperativas agrarias en la UE (del que ASAJA forma parte), la agricultura familiar representa a la mayoría de los 25 millones de personas empleadas en el sector agrícola europeo.
   
   ASAJA, según recalca en su comunicado, fundamenta el apoyo institucional a la agricultura y ganadería familiar en los valores que aporta este modelo productivo: es más cercana a los consumidores; está más vinculada con el territorio y con el desarrollo del medio rural, y más comprometida con el medio ambiente; da mayor protagonismo a la mujer agricultora; garantiza la diversidad de producciones agrícolas y ganaderas; sustenta la actividad en las zonas de montaña y desfavorecidas, donde no existe otro modelo productivo; mantiene vivas las tradiciones, los usos y costumbres de generaciones anteriores de agricultores, que combinan con los desarrollos tecnológicos modernos; y es garante de la producción de alimentos de calidad.

   Para ASAJA, el compromiso del Gobierno regional con las explotaciones familiares “es estratégico”, puesto que no sólo es importante para el sector agroganadero, sino para la economía y sociedad de la Comunidad Autónoma en su conjunto, puesto que las inversiones repercuten en todo el medio rural. “Y además cada euro invertido en la agricultura y ganadería familiar sienta las bases del futuro, porque las familias no especulan, sino que invierten para quedarse y consolidar su futuro en el medio rural”, subraya la OPA.

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