José Manuel Álvarez, Secretario General ACCOE y Jesús María Fernandez, Cereales SERABUR

Mucho se habló en los albores de la presente campaña cerealista de la influencia de los comerciantes en, y de nuestra capacidad para, determinar el precio final del cereal. Los que nos han calificado de ‘especuladores’ e incluso ‘ladrones’ suelen obviar que aparte de nosotros, existen más agentes en el mercado, que realizan exactamente la misma comercialización y obviamente, con las mismas cotizaciones. A esto hay que sumar, en su papel de compradores finales, a fábricas de piensos, de harinas, malterías y almidonerías, por ejemplo.

Sin embargo, únicamente los operadores privados somos los destinatarios de sus invectivas. Ellos sabrán por qué, aunque todos sospechamos los motivos.

A fecha de redacción del presente artículo las condiciones del mercado internacional han variado provocando una reacción al alza de las cotizaciones, ya que las últimas predicciones reflejan descensos sobre las expectativas de cosecha mundial maíz. Es decir, menos oferta. Esperemos que los mismos que nos insultan gratuitamente cuando los precios bajan, nos den ahora las gracias. Dicho con toda la ironía del mundo.

Volviendo al tema que nos ocupa, aunque salvo connotaciones logísticas y geográficas todas las Comunidades Autónomas presentan grandes similitudes, vamos a intentar traer algo de luz tomando como referencia a Cataluña, dado su rol de líder en producción y consumo de piensos, a Castilla-León, la mayor productora de cereal de España y como producto base, al trigo. Veamos:

1) Se repite con más buena voluntad (suponemos) que fundamento que los agricultores españoles deberían recibir el mismo precio que sus colegas franceses.

Cierto, en igualdad de circunstancias y condiciones así sería. Pero, partimos de una comparativa falaz y, por tanto, no válida. Afirman que, si en Francia se vende el trigo, digamos que a 185 euros/tm, entonces en Castilla y León el agricultor debería poder vender a esos 185 euros/tm salida.

Pero se omite, torticeramente, indicar que son las cooperativas y los comerciantes quienes venden a ese precio y no los agricultores, es decir, son precios de salida almacén. Además, según comentan fuentes no oficiales galas las cooperativas allí llegan a descontar hasta 12 euros/tm a sus socios. Voilà, sale c**p!

2) IMPUREZAS: El trigo francés se entrega con un 2% máximo de impurezas. El español tiene una media del 5%.

Empezamos con un diferencial en impurezas de un 3%, es decir unos -5,55 euros/tm.

3) DIFERENCIAL DE TRANSPORTE: Los precios se fijan en función de los flujos de mercancía, de las zonas de producción a las zonas de consumo.

Cataluña es el mayor centro de consumo e importador de cereales de España. Consume desde Tarragona, Francia y, por último, mercancía local. Sin embargo, Castilla y León es el mayor centro de producción y se ve obligada a ‘exportar’ a otras zonas porque no puede consumir todo lo que produce.

Los franceses del sur están a 18 euros/tm de transporte a Lleida y los castellanos, de media, unos 22 euros/tm. Esto añade un diferencial de -4 euros/tm.

4) PROTEINA: Sabido es que las fábricas de pienso no compran trigo, compran la relación de proteína y energía que lleva el grano.

En el caso que nos ocupa, un trigo francés se entrega de media con 11,5% mínimo de proteína y el español con un 10,5%.

Haciendo cuentas, si un trigo galo con 11,5% proteína vale 185€/tn salida, es decir 203 destino Lleida, y un trigo de 14,5% de proteína de origen Báltico se vende a 225 destino Lleida, tenemos un diferencial de 22 euros/tm, con lo que cada punto de proteína en trigo cuesta 7,33 €/tm.

Si vemos el precio del punto de proteína tomando como referencia la harina de soja, comprobamos que también sale un coste de unos 7 euros/tm, con lo que se confirma así el valor actual de 1 punto de proteína.

Si como hemos indicado anteriormente el diferencial de proteína del trigo más barato francés respecto al español es de un 1%, nos resulta que obtenemos un diferencial de -7,33 euros/tm.

5) PESO ESPECÍFICO: El trigo francés tiene, mínimo, 77/78 kgrs/hl de PE y el español, salvo contadas excepciones, un máximo de media y siendo generosos de 74 kgrs/hl, o lo que es lo mismo un diferencial de –3,75 euros/tm.

Teniendo en cuenta lo expuesto, el precio del trigo español debe valer, en comparación con un trigo francés y sin contar descuento cooperativo ni descuento por inseguridad de suministro, el siguiente sumatorio menos que el de nuestro país vecino:

  • – 5,55 euros/tm Mayor contenido en impurezas
  • – 4 euros/tm             Diferencial de transporte
  • – 7,33 euros/tm Menos proteína
  • – 3,75 euros/tm Menor peso específico
  • – 20,63 euros/tm TOTAL DESCUENTO

 Así que si un trigo francés cotiza a 185 Euros/tm salida del sur de Francia, un trigo español vale para los compradores 164,37 euros/tm salida cooperativas y comerciantes de Burgos/Palencia. Esto no son matemáticas, es mercado.

Hemos dejado al margen del cálculo el descuento por inseguridad de abastecimiento. No obstante, es obvio que los centros consumidores necesitan tener garantizado el suministro continuo de cereales, dado que los animales tienen la ‘mala’ costumbre de comer todos los días. Por este hecho, los grandes compradores de Cataluña acuden preferiblemente donde siempre encuentran vendedores y por tanto mercancía a su disposición, seguridad que a menudo les hace prescindir del precio.

La ausencia de prácticas comerciales coherentes provoca que los agricultores españoles entren y salgan del mercado en función de intereses ajenos, mal aconsejados y peor dirigidos. Los compradores necesitan bases sólidas y confianza en su proveedor y, con toda la lógica del mundo aborrecen situaciones como la que se ha dado recientemente en la que la mercancía nacional desapareció de las plazas a causa del machaqueo constante en favor de ‘retener la mercancía’ (no olvidemos también la aparición en escena de algunos cargos políticos que han aportado su granito de arena en el caos). Si los fabricantes no encuentran esas bases y garantías en la producción nacional, sin duda la hallarán fuera.

En definitiva, entre todos hemos creado una cadena comercial que nos ha permitido convertirnos en referencia mundial en la producción cárnica y de piensos. Por favor, un poquito de sensatez y cuidemos los mensajes. La experiencia demuestra que aquí cabemos todos y cualquier desestabilización del sistema tendrá como consecuencia situaciones imprevisibles en las que, sin duda, no habrá un único eslabón perjudicado.

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