EFE.- En una entrevista con Efe, la eurodiputada explicó los detalles de una propuesta de la Comisión Europea para promocionar, tanto en la UE como en países terceros, los productos agroalimentarios de la Unión Europea (UE).
Según la propuesta, tal y como ha salido tras un primer voto en la comisión de Agricultura del PE, la partida dedicada a la promoción de productos agroalimentarios será en 2014 de 60 millones de euros, que irá creciendo hasta 2020, cuando será ya de 200 millones.
Un dinero que servirá para promocionar todos los productos agroalimentarios, tanto agrícolas como ganaderos, así como los transformados que tienen como materia prima los productos agrícolas y ganaderos europeos.
Pero este dinero no va a proceder únicamente de las arcas comunitarias, sino que las marcas y las asociaciones de productores se harán cargo de un porcentaje, y eso es algo sobre lo que el PE tiene que negociar con los Estados miembros y con la CE.
«La opinión de la comisión de Agricultura es que haya un 75 por ciento de financiación de la CE y un 25 por ciento de la industria o los productores», dijo la eurodiputada Esther Herranz, «pero esto hay que cogerlo con alfileres porque está pendiente del trílogo con el Consejo y la Comisión para dentro de unas semanas».
La idea del PE es que todo el proceso de negociación termine el 1 de abril, a tiempo para que se vote en la comisión de agricultura y el último pleno de la legislatura (del 14 al 17 de abril) pueda dar el visto bueno definitivo.
Según Esther Herranz, otra ventaja de esta iniciativa, tal y como piensa el PE, es que la promoción de los productos agroalimentarios y transformados se podrá hacer fuera de la UE y en el mercado interior.
«Estamos abiertos al mundo globalizado y hay que hacer de la marca de los productos europeos algo conocido, tanto dentro como fuera de la UE, pero, sobre todo, en países terceros y en mercados emergentes, donde gracias al aumento de nivel de renta empiezan a reclamarse productos europeos de alto valor añadido», dijo.
Pero según la eurodiputada, «los europeos no conocemos los distintos anagramas y etiquetas de nuestros productos de calidad, ni nuestras denominaciones de origen ni nuestras indicaciones geográficas, ni localizar el valor añadido de una producción de calidad europea».
Esta propuesta es también una herramienta nueva contra una crisis de mercado «producida por terceros», como fue el caso de la «ecoli» y la falsa acusación de las autoridades de la ciudad alemana de Hamburgo de que los pepinos españoles podían haber sido los responsables del brote.
«La crisis comenzó con el pepino, pero el consumidor se retrajo de consumir productos hortofrutícolas españoles, y las herramientas que tenía la CE para hacer frente a esa situación de crisis fueron ineficaces, inútiles y, cuando llegaron, llegaron tarde y mal como para que el sector se recuperara de una forma conveniente», recuerda Herranz.
«Este documento tiene una herramienta para que la CE actúe de oficio con los suficientes fondos para iniciar una campaña de promoción que restaure la confianza del consumidor, que se había perdido por unas circunstancias que nunca se tuvieron que producir», dice la eurodiputada.
Al amparo de esta propuesta, también se podrán hacer estudios de mercado previos y programas de tres años que se ejecuten año a año para hacer promociones «con cabeza y con estrategia para lograr los objetivos con el menor coste y la mayor eficiencia posible».
Otro de los logros del PE es que el vino «estará en igualdad de condiciones con otros productos agroalimentarios» y no será considerado un «producto transformado», como el chorizo o las conservas de pescado, obligados a promocionarse en una cesta junto a productos agrícolas y ganaderos de base.