EFE.- El presidente interino del Servicio Nacional de Calidad y Salud Animal (Senacsa), Carlos Simón, dijo a Efe que antes del mediodía de este domingo finalizaron la aplicación del "rifle sanitario" al hato de la hacienda Santa Helena, 300 kilómetros al norte de Asunción, donde la semana pasada se reportó el brote de la enfermedad.
"En todos los frentes, con base en nuestro manual de procedimiento, se está actuando de manera contundente. Concluimos los sacrificios, que era una etapa fundamental para minimizar el riesgo de que haya diseminación del virus", remarcó el funcionario.
Las 819 reses, más un becerro nacido durante la realización de esas tareas, fueron abatidas a tiros en lo que se conoce como "rifle sanitario" y los cuerpos fueron apilados en tres fosas con la ayuda de tractores antes de ser selladas con cal.
Esos trabajos habían comenzado el jueves último, tras la confirmación de que trece reses de esa hacienda dieron positivo a la fiebre aftosa, por lo que se procedió al sacrificio preventivo de los demás animales, como lo establecen los protocolos veterinarios.
"Iniciamos ahora una etapa de investigación epidemiológica para determinar si no hubo otros animales que estuvieron en contacto con el virus", detalló Simón.
Además, se mantiene el bloque total de 5 kilómetros a la redonda del foco, la prohibición de traslado de animales en todo el departamento de San Pedro (centro), que tiene 22.000 productores con un hato de 1,4 millones de reses.
El funcionario explicó que ahora elaborarán el segundo informe semanal sobre los procedimientos llevados a cabo para remitirlo a la Organización Internacional de Sanidad Animal (OIE) y a los mercados internacionales.
"Una vez que esté contenido el foco" ya "hay condiciones para encaminar los trámites" para solicitar la recuperación del estatus de país libre de fiebre aftosa con vacunación, destacó el presidente interino del Senacsa.
Reconoció, además, que es lógico que los países receptores de la carne bovina paraguaya adopten las medidas sanitarias y de bloqueo pertinentes mientras se mantenga la alerta ante esta situación.
El Gobierno paraguayo anunció el lunes la suspensión temporal de las exportaciones de productos cárnicos, primera fuente de divisas de la economía del país después de la soja, debido a este brote.
El país cuenta con una cabaña bovina de 13 millones de cabezas.
El Senacsa calificó el nuevo procedimiento como el de mayor envergadura realizado hasta ahora en el país tras la detección de un foco de fiebre aftosa y estima que la reapertura de los mercados puede lograrse en un plazo de dos a doce meses.
En 2002 los servicios veterinarios sacrificaron 719 bovinos en el departamento de Canindeyú, en la frontera con Brasil, y otras 150 cabezas de ganado vacuno y caprino en 2003, en el poblado de Pozo Hondo (Chaco), limítrofe con Argentina.
Según estadísticas de la Asociación Rural del Paraguay (ARP, la patronal ganadera), la carne bovina paraguaya llega a unos 64 países y genera en condiciones normales un ingreso mensual de 75 millones de dólares.
La fiebre aftosa es una enfermedad contagiosa que afecta a bovinos, ovinos, porcinos, y caprinos y otros rumiantes con pezuñas, aunque es inmune para los humanos.