El director general de Políticas Ambientales y Medio Natural de la Generalitat catalana, Ferran Miralles, ha asegurado este miércoles que el oso pardo «no es un animal peligroso», pese a que han contabilizado quince ataques mortales a animales durante el 2018.
Miralles ha señalado en la Comisión de Medio Ambiente y Sostenibilidad que el Proyecto PirosLIFE, dedicado a la reinserción de la especie en los Pirineos, seguirá en funcionamiento porque el problema de las depredaciones «no son los osos, sino la coexistencia del animal con las actividades humanas».
«Nos toca convivir» con el oso pardo, ha afirmado, y ha añadido que si eso supone una molestia la administración intervendrá, pero «sin tomar ninguna decisión en caliente».
El director general ha defendido el uso del protocolo de intervención, aprobado el pasado noviembre, para definir si un ejemplar supera los límites de peligrosidad y qué medidas adquirir.
La alternativa es usar los agrupamientos como prevención, un dispositivo gratuito dónde el ganado es vigilado las 24 horas por la administración
Miralles ha puesto de ejemplo exitoso a Goiat, oso problemático liberado en Cataluña el año 2016 y que ya cuenta con un GPS para ser controlado.
La comisión valora si un ejemplar mejora su actitud después de ser identificado. Si la evaluación es negativa, «se elimina el ejemplar», ha relatado Miralles, y ha añadido que «se tienen que tomar las decisiones con criterio».
Durante la comparecencia, también se ha pedido a los ganaderos que usen los agrupamientos como prevención, un dispositivo gratuito dónde el ganado es vigilado las 24 horas por la administración.
Según Miralles, el dispositivo da resultados positivos en el Pallars, donde los ganados agrupados sólo han sufrido la muerte de 6 ovejas.
Actualmente, Cataluña cuenta con una población de osos pardos de 45 ejemplares, una cifra que, según Miralles, es buena aunque crezca lentamente y «un ejemplar pueda salir agresivo«.