Palencia ya ha constatado ciento dos enfermos de tularemia este 2024, acumulando prácticamente tres de cada cuatro casos de tularemia detectados en Castilla y León, según los datos que ha difundido este mismo viernes, 8 de noviembre, la Consejería de Sanidad de la Junta de Castilla y León. Desde que se confirmó el primer episodio, a finales de marzo, esta provincia ha encabezado la incidencia del brote, tan vinculado con la proliferación del topillo campesino, especie que es vector de contagio.

Como ASAJA-Palencia ha venido denunciando, además de los daños en la agricultura, la proliferación del topillo —que adquiere rango de plaga en algunas localidades— acaba por generar problemas sanitarios. Burgos, León y Valladolid son, a considerable distancia de Palencia, los tres territorios de la región con más casos (catorce, diez y cuatro, respectivamente).

Aunque no ha alcanzado la incidencia de brotes tan graves como los de 1997-98 y 2007, la tularemia ha vuelto a estar presente este año en nuestra comunidad y, de manera más acentuada, en la provincia de Palencia. Los profesionales del campo han sido el segmento de población más expuesto, pero la mera exposición ambiental en el medio rural ha generado muchos de los casos, en especial en el periodo estival, cuando en los pueblos hay más población y se efectúan más actividades al aire libre (paseos por los alrededores, pesca, jardinería).

No por casualidad, el pico de casos de tularemia se produjo en el tránsito de los meses de julio y agosto, justo cuando en nuestro medio rural hay más población, pero desde entonces ha continuado un goteo de positivos. El último mes, prácticamente se ha confirmado uno cada tres días en el conjunto de la comunidad; lejos ya de la veintena de casos que se alcanzaron aquella semana 31, en pleno verano.

ROEDORES Y CANGREJOS

Los propios informes de la Dirección General de Salud Pública de la Junta destacan que los factores de exposición están vinculados con las actividades del campo tales como las tareas de la agricultura (siega y empacado de paja, principalmente), pero también con las labores de jardinería, limpieza de cunetas y contacto con roedores y cangrejos de río.

Prácticamente, por cada caso en una mujer (19,6 % del total) hay cuatro de varones (80,4 %). La media de edad de los contagiados es bastante avanzada, 56 años y tres meses, pero hay casos desde edades muy tempranas (ocho años, el más joven) hasta ancianos de 92 años. La franja con más incidencia es la de los adultos de 55 a 64 años, con casi uno de cada cuatro casos (24,6 %). Sin embargo, entre los varones, la franja más común es la inmediatamente anterior, de 45 a 54 años.

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