El año 2017 ha sido testigo de profundos avances en Pago de Carraovejas: amplía y consolida su equipo, inaugura Ambivium, un restaurante que rompe los moldes más tradicionales de la zona, recibe varios galardones que reconocen su labor y redefine sus vinos, marcando claramente la línea a seguir en los próximos años. Aunque su mayor novedad es su vino Pago de Carraovejas 2015, el vino único de la bodega que abandona la clasificación tradicional en función de los tiempos de crianza para defender el origen y carácter de los vinos por encima de los procesos estandarizados de elaboración
Pedro Ruíz, que con sólo 35 años, cumple 10 al frente de la bodega, lidera un equipo directivo que está conduciendo a la bodega ribereña hacia sus siguientes retos: el apuntalamiento de sus vinos entre los iconos españoles, la internacionalización y el trabajo incansable en los viñedos con mayor potencial de la Ribera del Duero.
La cara más visible de este avance con paso firme es Pago de Carraovejas 2015, el vino único de la bodega que abandona la clasificación tradicional en función de los tiempos de crianza para unirse firmemente a una corriente imparable en España que defiende el origen y carácter de los vinos por encima de los procesos estandarizados de elaboración.
Como explica el propio Pedro Ruíz, “llevamos años trabajando de manera muy intensa en la zona y sentimos que nuestro viñedo ha alcanzado un punto de madurez extraordinario. La añada 2015, cata tras cata, mostraba un claro aumento de concentración y expresividad, así como la frescura y elegancia que veníamos buscando. Era el momento”.
El próximo mes de noviembre se pondrán a la venta las botellas de este nuevo vino que, sólo durante este año, convivirá con Pago de Carraovejas Reserva, que sale al mercado por última vez en su añada 2014.
Pago de Carraovejas 2015 presenta además un cuidado cambio de imagen, realizado por el estudio barcelonés Xavier Bas Disseny, elegido por la bodega por su particular sensibilidad hacia el sector del vino.