El Grupo Osborne cerró el ejercicio pasado con unas ventas netas de 216 millones de euros, lo que supone un 10,3% menos que el año anterior, pero incrementó en un 2% su Ebitda, hasta alcanzar 36,3 millones. En otras palabras, la compañía perdió el año pasado volumen de facturación por la finalización del contrato de distribución de Monster Energy Drink, pero en compensación a la caída de las ventas netas, la firma del toro mejoró sus beneficios antes de impuestos gracias a la evolución favorable de sus principales marcas propias -Cinco Jotas, Carlos I, Nordés Gin y Montecillo, además de Anís del Mono-.
El grupo de bebidas y alimentación emitió ayer un comunicado en el que informa del contenido de la junta de accionistas celebrada el sábado y en la que, además de la aprobación de las cuentas anuales, se culminó el relevo de su cúpula directiva.
Los resultados le permiten «disfrutar de un negocio cada día más sólido y con mayor potencial de crecimiento»
En virtud del proceso de transición de sus primeros cargos ejecutivos diseñado y anunciado hace un año, el hasta ahora consejero delegado, Ignacio Osborne Cólogan ocupa la presidencia en sustitución de Tomás Osborne Gamero-Cívico, quien deja el cargo tras 21 años para convertirse en presidente de honor, además de continuar como consejero del grupo y como presidente de la Fundación Osborne. El relevo se completa con el nombramiento del hasta ahora consejero Fernando Terry como nuevo consejero delegado.
«Los resultados de 2016 demuestran que la apuesta por nuestras marcas estratégicas y por la internacionalización nos permite disfrutar de un negocio cada día más sólido y con mayor potencial de crecimiento», señala el presidente saliente, Tomás Osborne, del que se destaca en la nota su «exitoso mandato» durante el que añade que la compañía se ha modernizado sustancialmente, ha renovado su portafolio, se ha diversificado, se ha internacionalizado año a año y ha salido claramente reforzada tras los años más difíciles de la crisis económica.
2016 fue el año de constitución de la Fundación Osborne, el vehículo a través del que se canaliza toda la actividad de Responsabilidad Social Corporativa del grupo, y el de la finalización del proyecto de renovación de las instalaciones bodegueras de El Puerto, convertidas en un gran escaparate para sus marcas a través de una amplia oferta cultural, comercial y de ocio.
Pero 2016 también fue el año en el que Osborne volvió a ser una compañía 100% española después de la recompra por parte de la familia del 20% de las acciones al grupo inversor chino Fosun, con el que mantiene, no obstante, la alianza estratégica para el desarrollo de sus marcas en China, el principal mercado internacional de Cinco Jotas.
Entre los hitos del último ejercicio, la firma portuense destaca precisamente la aportación de la apuesta por las filiales en China y Brasil al impulso del negocio internacional, que representa ya el 25% de la contribución de la compañía.