EFE.- Según la comunicación difundida ayer por la Comisión Europea, el 91 % de los caladeros del Mediterráneo registran sobrepesca, una situación que afecta al 96 % de las especies como merluza, salmonetes y gamba blanca, y al 71 % de las especies de aguas medias como la sardina o la anchoa.
Esta situación, que sitúa al Mediterráneo como el mar más castigado de Europa y que va en aumento con los años, ha llevado a la organización conservacionista Oceana a proponer medidas «contundentes y con criterio científico» para revertir la tendencia, explican en un comunicado.
Según el director ejecutivo de Oceana en Europa, Xabier Pastor, «es hora de adoptar acciones concretas y dejar atrás este tremendo problema. Ya no se puede seguir dando la espalda a esta situación; la Administración debe coordinarse con los científicos y diseñar los planes de gestión basados en conocimientos sólidos».
Entre sus propuestas, Oceana plantea la identificación y protección de las áreas de puesta y cría mediante cierres de zonas espaciales y temporales, en especial aquellas que albergan agregaciones de juveniles, lo que permitiría que los stocks se recuperen de la sobrepesca.
La organización pide además la adopción de planes plurianuales para lograr una gestión sostenible y la mejora de la información científica disponible, lo que garantizará más peces en el mar y pesquerías más rentables con una gestión mejor informada.
En el caso de que no haya datos, algo que ocurre con algunos stocks de pesca que nunca han sido evaluados, Oceana solicita precaución para reducir la presión pesquera y poder preservarlos.
Para Pastor, «las actividades pesqueras ilegales y la sobrecapacidad, entre otras, son cuestiones que deben resolverse haciendo cumplir la legislación en vigor. Además, la política pesquera debería ser compatible con la aplicación de las medidas de conservación establecidas por la normativa comunitaria, como es el caso de la declaración y gestión de áreas Natura 2000 en el mar».