La red de acción en plaguicidas PAN Internacional ha elaborado un monográfico sobre el herbicida más utilizado del mundo, el glifosato, cuya traducción al castellano ha sido realizada y presentada hoy por Ecologistas en Acción. El informe recopila abundante información científica sobre sus efectos para la salud y el medio ambiente, y pone en alerta a reguladores, gobiernos y personas usuarias de todo el mundo.
Además de advertir de los efectos adversos sobre el glifosato, el informe también contiene una sección útil en la gestión alternativa de malezas y proporciona información sobre una amplia variedad de enfoques no químicos para el control de malezas en diversas situaciones.
Para las entidades que han participado en el informe, la fuerte publicidad y labor de marketing de Monsanto, el principal fabricante e inventor de glifosato, bajo su marca Roundup, ha dado lugar a la percepción generalizada de que el producto químico es «seguro», a pesar de las crecientes evidencias científicas y denuncias sobre sus daños para la salud y el medioambiente.
El glifosato está clasificado por la Organización Mundial de la Salud (OMS) como «probablemente cancerígeno»
El documento presentado por Ecologistas en Acción aporta una detallada revisión sobre los efectos adversos para la salud humana del herbicida. Intoxicación aguda, daño en riñón e hígado, desequilibrios en el microflora intestinal y el funcionamiento intestinal, cáncer, alteraciones endocrinas, disminución de la fertilidad y daños en el desarrollo fetal, daños neurológicos y disfunción del sistema inmune, son algunos de los efectos sobre la salud recogidos.
El glifosato está clasificado por la Organización Mundial de la Salud (OMS) como «probablemente cancerígeno» y está incluido en la «lista de plaguicidas altamente peligrosos» de PAN Internacional La red global está llamando a sustituir el herbicida por enfoques agroecológicos para el manejo de malezas en sistemas de cultivos diversificados y para situaciones que no son de cultivo.
El glifosato se está utilizando ampliamente como herbicida en agricultura y en ocasiones como desecante antes de la cosecha, con mucha intensidad sobre cultivos transgénicos, lo que supone que queden residuos sobre nuestros los alimentos. También es ampliamente utilizado en los huertos familiares y los lugares públicos, incluidos los bordes de la carretera, parques y jardines. Debido a ello numerosas publicaciones han encontrado residuos de este herbicida en pan, cereales, cervezas o incluso en el agua para beber.