Las nuevas normas respetan la opinión científica más reciente, que indica que el riesgo de transmisión de las EET entre animales no rumiantes es "insignificante", siempre y cuando se evite el canibalismo entre especies, precisó la CE.
Entre otras obligaciones, la normativa impondrá exigencias de trazabilidad en toda la cadena alimentaria y el uso de pruebas para la detección de ADN, con el objetivo de controlar la correcta aplicación del sistema.
Los fabricantes de alimentos para peces podrán emplear proteínas de cerdo o pollo, pero no de rumiantes (oveja, cabra o vaca).
Hasta la fecha, las harinas animales han estado permitidas como sustento de mascotas, pero vetadas para alimentar a cualquier especie destinada a consumo humano, ya sea ganadera o piscícola.