Francisco Martínez Arroyo / Consejero de Agricultura, Medio Ambiente y Desarrollo Rural
Tenía muchas ganas de volver a escribir de los Grupos de Desarrollo Rural (GDR) o Grupos LEADER. Sabéis que es uno de los temas a los que dedico más reflexiones, pues es una forma distinta de aplicar las políticas de desarrollo rural. Así, en distintos artículos he analizado la Metodología, las posibilidades que ofrecía para los Grupos, el Reglamento de Desarrollo Rural, en vigor -en el marco de la actual Política Agraria Común (PAC)-. Además, de poner la lupa en las decisiones de diferentes Estados miembros de la Unión Europea, con particular atención al caso de España, e incluso a los Programas de Desarrollo Rural (PDRs) de las comunidades autónomas.
También, recientemente expuse mi compromiso con el enfoque LEADER y con la autonomía de los Grupos. Pues bien hoy quiero resumir, brevemente, las decisiones que ya hemos tomado en Castilla-La Mancha. No son todas las necesarias -soy consciente de que hace falta una nueva vuelta de tuerca, en la dirección de mayor autonomía, que intentaremos hacer en los próximos años- pero suponen, desde mi punto de vista, la constatación de un compromiso. Estoy seguro de que os va a interesar conocer las novedades que hemos dispuesto para los Grupos en este nuevo período de programación en nuestra región. Tras un largo proceso, finalmente, el 16 de agosto pasado se resolvió la convocatoria de selección de los Grupos. En total, son 29 las Estrategias seleccionadas, correspondientes a los 29 GDR, que cubren más del 90 por ciento del territorio de Castilla-La Mancha.
La población afectada -recordemos que en Castilla-La Mancha se excluyen los núcleos de población de más de 30.000 habitantes- asciende a alrededor de 1,3 millones, un 70 por ciento de toda la población de la región. La ficha financiera en el PDR asciende a unos 133,4 millones de euros, de los que 88,4 millones de euros se han repartido en una primera asignación; garantizando, en primer lugar, un mínimo de 1,8 millones de euros por Grupo (más 295.000 euros para gastos de funcionamiento). Y, hemos repartido el resto, 26,4 millones de euros, en función de la ejecución alcanzada en el periodo 2007-2013 (reparto del 20 por ciento); la calidad de la Estrategia, según unos criterios de puntuación (otro 20 por ciento); las incidencias ocurridas durante el periodo 2007-2013 (un 10 por ciento) y, como elemento más relevante, en función de las características del territorio, el 50 por ciento restante. Para este último criterio, hemos utilizado el índice de ruralidad, la densidad de población, la tasa de dependencia, la estructura de población, el desempleo, el área en zonas desfavorecidas y la superficie Red Natura.
Además, a lo largo de 2017, en función del grado de ejecución de cada uno de los grupos, está previsto destinar unos 6 millones de euros para completar las Estrategias en Grupos en zonas con dificultades, esto es, con alto grado de despoblamiento o con afectación por áreas de Parques Nacionales. Finalmente, la última asignación, de 39 millones de euros, se producirá en 2019.
Por otra parte, en lo que tiene que ver con el tamaño de los municipios, además de la exclusión de los núcleos de población menores de 30.000 habitantes, se han establecido limitaciones adicionales para los grandes, de tal manera que, obligatoriamente, la mayor parte de los fondos se destinen a los municipios pequeños, que son los que, de verdad, dependen de esta metodología. Así, en los municipios mayores de 10.000 habitantes, solo se podrá destinar el 25 por ciento de los fondos de cada grupo, y solo para proyectos productivos (o no productivos, pero con generación o mantenimiento de, al menos, dos empleos). El 75 por ciento restante se deberá destinar a municipios de menos de 10.000 habitantes, pudiendo financiar proyectos productivos o no productivos.
Finalmente, para incentivar más la inversión en los más pequeños -y teniendo en cuenta que los proyectos no productivos que no generen empleo, no podrán representar más del 40 por ciento del gasto público total de cada grupo-, en los menores de 1.000 habitantes, todos los proyectos se considerarán productivos. En cuanto a los beneficiaros de las ayudas, para proyectos productivos, estos podrán ser microempresas y pequeñas empresas.
A diferencia del periodo anterior, podrán financiarse proyectos de la industria agroalimentaria -hasta 100.000 euros de inversión-, de gran importancia para el tejido económico del medio rural. También, hemos decidido acortar el compromiso de durabilidad de las inversiones de 5 a 3 años, a excepción de las ayudas concedidas para inversiones en casas rurales, en las que el compromiso de durabilidad de la inversión se mantendrá en 5 años. De esta manera, será posible afrontar la inversión con mayores garantías y menores riesgos si el proyecto no resulta exitoso.
Respecto a los proyectos, se va a incrementar el mapa de ayudas regionales para LEADER desde el 1 de enero del 2017 hasta el 31 de diciembre del 2020, para aquellos proyectos productivos presentados por promotores (microempresas y pequeñas empresas) con una ayuda de hasta el 45 por ciento de las inversiones productivas, con el objetivo de estimular la economía local de todos los territorios rurales, crear empleo y fijar población.
Una de las cuestiones más importantes para que la metodología LEADER sea exitosa consiste en respetar y reforzar el grado de autonomía de los grupos. Así, en este periodo, toda la baremación para la selección de proyectos y cálculo de la intensidad de la ayuda la fijará el propio grupo, lo que supone un mayor grado de autonomía en la toma de decisiones, reforzando así el enfoque ascendente.
En este sentido, en la línea de dotar de mayor autonomía a los grupos, los porcentajes de los gastos funcionamiento (24 por ciento) y los costes destinados a animación (1 por ciento), se podrán modificar en función de las necesidades de cada grupo, respetando el 25 por ciento del total. Además, estos gastos de funcionamiento y animación serán calculados sobre el total del cuadro financiero asignado a cada grupo y no sobre la estrategia, lo que, en la práctica, aumentará la cantidad para gastos de funcionamiento y facilitará la tarea a los grupos.
En definitiva, cambios para que la metodología LEADER pueda seguir funcionando y para que los grupos puedan seguir haciendo política de desarrollo rural, desde la propia mirada de aquellos que viven en nuestros pueblos. Estamos quizá en un periodo trascendental para el futuro del enfoque ascendente. Hemos de aprovechar la oportunidad para que lo que hoy hacemos en el medio rural a través de los grupos, pueda ser ejemplo de otra forma de aplicar las políticas y otro modo de tomar las decisiones.
A estas alturas, nos sigue quedando mucha tarea por delante pero ya podemos decir que los Grupos de Desarrollo Rural han empezado a funcionar. De un lado, los grupos y, de otro lado, la Administración, pero trabajando juntos; tenemos la responsabilidad de que nuestra tarea, con respecto al medio rural, sea un éxito.