Parece que no se aprende ni tras los graves sucesos de la pasada DANA. UPA Madrid y UPA Castilla-La Mancha reclaman a la Confederación Hidrográfica del Tajo que actúe ante la situación de los cauces de ríos, barrancos y arroyos. Y es que el lamento de los agricultores es claro: «Ni limpian ni nos dejan limpiar».

Ambas organizaciones agrarias recuerdan cómo el cambio climático, tal y como los científicos llevan años pronosticando, está provocando que los regímenes de lluvias sean cada vez más imprevisibles, irregulares y extremos. En los últimos tres años, en España hemos pasado de una de las peores sequías de la historia a un mes de marzo con precipitaciones extremas –sin olvidar el episodio más dramático, la DANA del 29 de octubre–, que han causado daños humanos y económicos incalculables.

Estas precipitaciones extremas han vuelto a demostrar una necesidad sobre la que los agricultores llevan años advirtiendo: la de realizar una adecuada gestión de los cauces de ríos, barrancos y arroyos para que canalicen adecuadamente el agua y se eviten desbordamientos que causan graves daños en la agricultura de las zonas de ribera.

La Unión de Pequeños Agricultores y Ganaderos (UPA) de Castilla-La Mancha y de Madrid han reclamado a la Confederación Hidrográfica del Tajo que limpie los cauces de su zona de actuación o que, al menos, otorguen el permiso para limpiar. Dichas Uniones Territoriales de UPA piden que los cauces de los ríos se mantengan en su curso habitual, y no se modifiquen por las últimas riadas.

La limpieza de los cauces es imprescindible para hacer frente a las precipitaciones extremas que se ven favorecidas por el cambio climático. «Con más lluvias, antes no se producían tantos desbordamientos», aseguran por eso insisten en que se debe actuar, pero lamentan que desde la Confederación «ni limpian ni nos dejan limpiar».

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