Una vez confirmado que no es posible, la nueva Administración municipal ha decidido prohibir estos envases de un material conocido también por sus siglas en inglés, EPS, a los que son muy aficionados los neoyorquinos para conservar y transportar comida y café.

     "Estos productos causan un daño medioambiental real y no tienen lugar en la ciudad de Nueva York", afirmo De Blasio en una declaración que acompaña el anuncio de la prohibición.

Si hay alternativas, "pronto costarán menos" si se usan más


     "Si tenemos mejores opciones, mejores alternativas, y si hay más ciudades en el país que siguen nuestra dirección e instituyen similares prohibiciones, esas alternativas pronto serán abundantes y costarán menos", agregó.

     Nueva York se suma así a otras 70 ciudades de Estados Unidos que han adoptado una medida parecida, entre ellas Washington, San Francisco, Seattle y Minneápolis, esfuerzo al que se han unido empresas grandes y mediadas para buscar alternativas de envases.

     Pero Nueva York es la ciudad más grande de las que han adoptado esta medida, y la que más basura genera. Según datos de la Alcaldía de Nueva York, la ciudad generó el pasado año fiscal un total de 28.500 toneladas de envases de poliestireno expandido, lo cual, teniendo en cuenta lo ligeros que son, implica un gran volumen de basura.

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