Los cambios en las tendencias de producción y consumo en la Región fueron desplazando a estas razas autóctonas colocándolas al borde de su desaparición. Según Ángel Poto, Investigador Responsable del Equipo de Mejora Genética Animal del IMIDA, la raza porcina Chato Murciano presentaba un crecimiento lento y pocas crías en cada parto, por lo que fue sustituida en los años 60 por razas porcinas mejoradas que crecían de forma más rápida y producían amplias camadas y una carne altamente proteica.
La raza bovina Murciano-Levantina se utilizaba como elemento de tracción en las tareas agrícolas y rurales, además de proporcionar leche y carne de alta calidad. Sin embargo, fue cayendo en el olvido al imponerse los vehículos de tracción mecánica, como los tractores y camiones.
La Gallina Murciana, junto con los pollos corraleros y los capones, producían huevos y carne de calidad, aportando un plus a las economías familiares de la huerta tradicional de Murcia. No obstante, la disminución de su censo se produjo en los años 50 con la llegada de la moderna avicultura, que introdujo en España unas aves de rápido crecimiento y puesta muy abundante.
El Equipo de Mejora Genética Animal del IMIDA trabaja desde hace años en la recuperación de estas razas en peligro de extinción, a través de programas y técnicas de apoyo a la conservación tales como la creación de un banco de germoplasma, en el que se almacenan espermatozoides, ovocitos y embriones de estas especies, en colaboración con la Universidad de Murcia.
También lleva a cabo, en colaboración con las asociaciones ganaderas, la gestión de Libros Genealógicos, mediante los que se lleva un control genético molecular y de la pureza morfológica de los animales. Asimismo, realiza estudios productivos de los animales y sus transformados, en colaboración con empresas ganaderas, los cuales han dado paso al uso comercial de transformados cárnicos tan importantes como los procedentes del Chato Murciano.
Para valorizar la raza de Gallina Murciana, está poniendo a punto técnicas para la obtención del Capón Murciano, que presenta grandes posibilidades dado su elevado valor comercial y su aceptación por parte de los consumidores más exigentes.
Finalmente lleva a cabo la distribución de genes de las razas en forma de animales vivos y de material genético fértil. En este sentido, destaca la labor de vigilancia para evitar que animales procedentes de otras razas y regiones sean inscritos como razas en peligro de extinción en el Libro Genealógico aprobado por la Dirección General de Ganadería y Pesca.
Todos estos proyectos de investigación han impulsado a su vez, en los últimos años, una actividad industrial y comercial productora de riqueza y el aumento de los ejemplares reproductores. Así, en la raza porcina Chato Murciano se ha pasado de 14 reproductores en 1996 a más de 600 animales en la actualidad. La Gallina Murciana también ha aumentado extraordinariamente el número de reproductores (cercano a 600 animales), a lo que han contribuido certámenes y exposiciones como la Feria de Ganado de Murcia. La vaca Murciana-Levantina ha aumentado su censo nacional a cerca de 60 ejemplares y existe un programa de recuperación racial que utiliza retrocruces con razas afines, controlados por el IMIDA. En la actualidad hay ejemplares puros y con el 50 por ciento, 75 por ciento y 87,5 por ciento de genes de la raza.