El virus de Nueva Delhi apareció en agosto de 2009 y ocasionó serios problemas en cultivos como los de calabacín y calabaza.
La Consejería llevó a cabo entonces diversas prospecciones para delimitar el problema, concretar las zonas afectadas, y planificar posibles ensayos de cara a las siguientes campañas.
Además, para evitar la dispersión del virus, se establecieron medidas obligatorias como paros biológicos durante los meses de invierno y refuerzo de medidas estructurales en los invernaderos para romper el ciclo de la mosca blanca.
Aunque las prospecciones realizadas este año no han desvelado hasta la fecha un incremento de la enfermedad ni su expansión a otras especies como el melón o la sandía, la Consejería ha determinado "no bajar la guardia" en los controles realizados en estos cultivos.