La  Consejería considera básico el apoyo al seguro agrario como un instrumento eficaz de la política agraria para la gestión de las crisis, ya que asegura un mecanismo de compensaciones automáticas ante las inclemencias meteorológicas.

   En los tres últimos años, especialmente malos desde el punto de vista climatológico y con un alto nivel de siniestralidad, el seguro agrario ha sido un elemento clave para mantener la renta de los agricultores y poder afrontar la reactivación de la actividad y asegurar la producción, principalmente en lo referente al cultivo de frutales, donde existe un mayor factor de riesgo.

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