Esta actividad podría suponer una nueva oportunidad en las zonas rurales y una rentabilidad económica y local, similar a la de los espacios forestales, al cambiar su consideración de residuo por la de recurso con posibilidades de aprovechamiento. Además, supone una fuente de generación de empleo, producción de energía y beneficio ambiental al evitar las quemas y reducir las emisiones de CO2 a la atmósfera.
Asimismo, se intenta fomentar la gestión de los residuos de poda en el sector de frutos de cáscara, para el que ya existe una línea de ayudas específica procedentes de los fondos Feaga para el 2012 y 2013 destinadas a la recogida o retirada de los residuos para su utilización como biomasa o para el picado en las parcelas.
La Asociación de Gestores de Biomasa, de la que forman parte ocho empresas de la Región, pretende promover la cooperación entre agricultores y empresas interesados en producir biomasa para su utilización energética.