Carmen Quintanilla Barba / Presidenta nacional de AFAMMER y parlamentaria permanente y honoraria de la Asamblea Parlamentaria del Consejo de Europa

Cada 15 de octubre, el mundo dirige su atención hacia las mujeres rurales. Mujeres que, con su trabajo constante, sostienen nuestros pueblos, nuestras familias y la esperanza de un futuro mejor. Hoy es un día para celebrar, pero también para recordar los desafíos que enfrentan cada día y que desde AFAMMER como organización pionera en España y en el mundo, lleva defendiendo desde más de 42 años.

Cuatro décadas de trabajo en lo que hemos alcanzado grandes logros, pero todavía, nos queda mucho por hacer para alcanzar la igualdad real de oportunidades en nuestros pueblos. Este 15 de octubre nos invita a reflexionar, pero también a actuar con la mirada puesta al 30 Aniversario de la IV Conferencia Mundial de Beijing, donde AFAMMER, junto a otras asociaciones, consiguió que por primera vez se reconociera a las mujeres rurales con su propio día internacional.

Aquel fue un hito, un logro que nos permitió poner sobre la mesa las dificultades que enfrentan las mujeres del medio rural. Hoy, tres décadas después, muchas de nuestras mujeres se ven obligadas a dejar atrás sus pueblos, sus raíces, porque no encuentran aquí las oportunidades que merecen.

A pesar de que contamos con la generación de mujeres rurales mejor formadas de la historia, ellas siguen siendo las primeras en marcharse: 2 de cada 3 personas que se marchan del campo a la ciudad son mujeres.

Este año, además, marca el inicio del Decenio Interamericano por los Derechos de todas las Mujeres, Adolescentes y Niñas en Entornos Rurales de las Américas. AFAMMER se ha unido a esta causa, porque entendemos que, tanto aquí en España como al otro lado del mundo, las mujeres rurales enfrentan los mismos retos: el acceso a la tierra, el emprendimiento, la conciliación entre la vida laboral y familiar, y la necesidad de cerrar la brecha digital.

Por otro lado, no puedo dejar de admirar la fuerza de nuestras mujeres rurales. Son ellas las que mantienen vivos nuestros pueblos, a través de su trabajo como emprendedoras, como cuidadoras, como líderes… Así lo refleja el hecho de que, ocho de cada diez mujeres rurales emprendedoras crean productos y servicios que no existen en su entorno, mostrando una valentía y una capacidad de innovación encomiable.

Sin embargo, España sigue siendo el segundo país europeo con la mayor tasa de desempleo femenino rural. Y esto no podemos permitirlo.

Por eso, desde AFAMMER reclamamos, una vez más, un Pacto entre lo rural y lo urbano. Necesitamos que se rompan las barreras que impiden a las mujeres rurales acceder a las mismas oportunidades que sus homólogas en las ciudades.

Esto implica asegurar el relevo generacional en las explotaciones agrícolas y ganaderas, fomentar su participación en las cooperativas y organizaciones agrarias, y garantizar que tengan un papel activo en la toma de decisiones.

Otro gran reto es el de la conciliación. Nuestras mujeres siguen cargando con la mayor parte del peso de las responsabilidades familiares, lo que les impide participar plenamente en la vida económica y en la toma de decisiones de sus pueblos. 

No podemos olvidarnos tampoco de nuestras mujeres rurales más mayores, mujeres que han dedicado toda su vida a cuidar de los suyos y que, en muchos casos, enfrentan ahora la soledad no deseada.

Tampoco puedo dejar de destacar el papel fundamental que las mujeres rurales juegan en la lucha contra el cambio climático. Ellas conocen cada rincón de la tierra que trabajan, son esenciales para proteger el medio ambiente y mitigar los efectos del cambio climático.

Este 15 de octubre, desde AFAMMER, levantamos la voz de todas las mujeres rurales de España y del mundo. Seguiremos caminando a su lado y luchando por ellas, convencidas de que el futuro de nuestros pueblos pasa por sus manos.

¡Feliz Día Internacional de las Mujeres Rurales!

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