Los viticultores murcianos están frácamente enfadados por los precios impuestos por las grandes bodegas, que consideran injustificados, máxime cuando en Castilla-La Mancha se han incrementado esta campaña por parte de las mismas bodegas que actúan en Murcia.
Por eso, desde COAG Murcia aseguran que «no acertamos a comprender la actitud, de determinados grandes grupos vitícolas que dominan las compras de las uvas de la Región de Murcia y que quieren establecer, un año más, unos precios de compra muy por debajo de los costes de producción, pretendiendo mantener unos precios muy similares a los del año pasado, que hemos de recordar que fueron, para la uva Monastrell de esta Región, de unos 0,23 €/Kilo de uva».
critican que bodegas que sede en CLM y Murcia, «han dado un mejor tratamiento al agricultor no murciano que al agricultor murciano»
Asimismo, critican el caso “sangrante” de que alguno de estos mismos grandes grupos, con sede en esta Región, «han dado un mejor tratamiento al agricultor no murciano que al agricultor murciano». Tal es así, que se han fijado en la Comunidad de Castilla La Mancha y en otras regiones para calidades muy similares a las de nuestras DO, precios superiores que oscilan entre los 0,45 €/kilo y 0,60 €/Kilo, duplicando y casi triplicando los precios percibidos por nuestros agricultores.
Además de lo anterior, COAG cree que la forma de proceder por parte de estos grandes grupos vitícolas «podría ser susceptible de constituir una conducta vulneradora del derecho a la competencia, al aprovecharse de su posición dominante».
Todo ello, cuando los rendimientos por hectárea en estas zonas manchegas, debido a la generalización de regadíos con aportaciones importantes de agua, «son infinitamente superiores a los que se obtienen en nuestra Región, especialmente en los secanos que, por el contrario, se caracterizan precisamente por sus bajas producciones pero de enorme calidad, sin discusión en el mundo enológico mundial», destaca la organización agraria.
por todo esto, desde COAG se insiste en que «esta postura sorprendente e incomprensible lleva inexorablemente a la ruina del sector productor regional, que no sabemos cuánto tiempo va a poder soportar más estos precios insultantemente bajos para sus uvas, muy por debajo de sus costes de producción que el propio IMIDA ha establecido», según estudios recientemente actualizados, en torno a los 41 céntimos de euro/Kg.
Finalmente, se destaca que «la gravedad de esta situación se ve incrementada, aún más si cabe, por el hecho de que estos grandes grupos son los que marcan el precio de la uva a ofrecer por buena parte de las restantes bodegas de las DO, con el argumento de la necesidad de competencia en los mercados. Y sin que, por otra parte, en la mayor parte de las ocasiones las diferencias en la calidad de las uvas entregadas tengan el reflejo que debería imponer la lógica en los posibles precios a percibir por el agricultor».