La Faeca recuerda que desde que comenzó hace más de un año la negociación de esta norma siempre ha defendido "llamar a las cosas por su nombre" y, con ello, preservar la raza ibérica, garantizar la transparencia al consumidor y asegurar el futuro y sostenibilidad del ecosistema de la dehesa.

    Por ello, ve positivo el hecho de que la última propuesta recoja la obligación de distinguir, según raza, los animales puros de los que no lo son.

    Igualmente, ha aplaudido que para las cooperativas la identificación se hará con precintos de colores de los productos, según alimentación y manejo, esto es, "bellota", "cebo" o "cebo en campo".

    En este sentido, la Faeca ha lamentado que no se haya desterrado la palabra "cebo" en favor de "pienso", mucho más clara para el consumidor y que, en su opinión, la opción "cebo de campo" no esté bien desarrollada al permitir cargas insostenibles para los ecosistemas.

    A pesar de todo, las cooperativas consideran que la clave de esta norma no va a residir tanto en el contenido como en la vigilancia y control de su cumplimiento, a fin de que no se permita el fraude y que las infracciones sean realmente penalizadas, de modo que no se perjudique a los productores del ibérico de mayor calidad y que el consumidor sepa en todo momento lo que compra.

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