Más de 7000 personas de las provincias de Huesca, Zaragoza y Teruel han inundado las calles de la capital aragonesa este domingo 13 para mostrar su rechazo a un modelo de transición energética basado en “el despliegue invasivo de instalaciones eólicas y fotovoltaicas a gran escala”, denunciando que en Aragón “olvidan a las personas, al medio ambiente y a los sectores económicos del medio rural, centrando su objetivo en multiplicar los beneficios para unas pocas grandes empresas, con una ambición que imposibilita una verdadera sostenibilidad y el respeto a los territorios y a sus gentes”.
Aseguran que este modelo relega a un segundo plano problemas históricos como la despoblación, al ocupar territorios con identidad cultural propia y grandes posibilidades de desarrollo en otros sectores tradicionales, como el turismo y la actividad agroganadera, que serían gravemente afectados por estas centrales eólicas y fotovoltaicas. Denuncian que estos megaproyectos quieren “aprovechar la situación colonizando el medio rural” de la España vaciada.
Las plataformas de ALIENTE en Aragón, afirman que en la comunidad la situación es especialmente grave “por la permisividad del Gobierno de Aragón, admitiendo inclusoel fraccionamiento de proyectos y alentando este modelo colonialista que los aragoneses sufrieron ya hace algunas décadas con la construcción de pantanos”.
La multitudinaria manifestación ha sido valorada como un éxito de participación y los convocantes se muestran satisfechos porque, además de las plataformas que llevan años luchando con alegaciones y protestas, más de 120 entidades y colectivos se han adherido al manifiesto.
La marcha ha comenzado en la puerta de la sede del Gobierno de Aragón, encabezada por una pancarta de ALIENTE con el lema “por una Transición energética realmente ecológica, sostenible y justa con todas las personas y territorios”. Las plataformas de la Alianza, Energía y Territorio, y la población aragonesa, con sus lemas han exigido a las administraciones una ordenación territorial para la implantación de renovables y una postura clara con implicación decidida en defensa del territorio y frente a la especulación de las grandes empresas y fondos de inversión que pretenden invadir la comunidad.
Entre los carteles que portaban los participantes se han podido leer mensajes como: “las montañas del Maestrazgo libres de chatarra”, “primero en los tejados, nunca en los sembrados”, “renovables responsables”, “ser pocos no resta derechos”, “ni contaminación ni especulación, “el agua nos ahogó, que el sol no nos queme”, o “Aragón no se vende”.
JÓVENES DE HUESCA, ZARAGOZA Y TERUEL HAN LEÍDO EL MANIFIESTO
El recorrido ha culminado en la Plaza de España de la capital aragonesa, donde tres jóvenes de las provincias de Huesca, Zaragoza y Teruel, han leído un manifiesto en el que se ha defendido un modelo de implantación de renovables donde la producción de la energía sea “más democrática y con participación de todos y todas, cerca de los lugares donde se consume, con ahorro, eficiencia energética, que fomente el autoconsumo y la generación distribuida”.
Han explicado que ésta es la parte afirmativa de su lema, “Renovables sí, pero no así”, y se oponen a “la promoción que se está haciendo de macroparques en manos de cuatro compañías que controlan la producción energética y pretenden instalar cientos de aerogeneradores y miles de placas solares en nuestros montes, convirtiéndolos en polígonos industriales y seguir haciendo lo que quieran con nosotros, además de adentrarse en el peligroso mundo de la especulación, generando negocios rápidos con un bien básico.”
Critican que las promesas de beneficio y empleo para los pueblos que se están escuchando por parte de las empresas promotoras no serán cómo dicen, “tal y como ha sucedido en otros lugares con proyectos de este tipo en funcionamiento, donde sigue siendo acuciante la pérdida de población”. A cambio, han asegurado, “los territorios perderán valor, cambiará el paisaje y el medio natural, se verá resentido el turismo, la biodiversidad se verá limitada y solo ganarán las grandes empresas”.
Por todo ello han terminado pidiendo que los proyectos se presenten desde la transparencia y la participación ciudadana, sin fragmentaciones y sin despreciar las afecciones al territorio, partiendo de una planificación y ordenación del territorio previas, y “que pongan en el centro a las personas y la biodiversidad, no el negocio y el enriquecimiento de unos pocos”. “Decimos lo mismo que la Unión Europea en sus directivas del “Paquete de Invierno”: ahorro, eficiencia energética, autoconsumo y generación distribuida; que se democratice el sistema eléctrico”.