La Estación Experimental de Aula Dei ha optado por el riego a baja presión para disminuir los costes de la factura eléctrica en las explotaciones de maíz. La reducción de presión de 3 a 2 kg/cm² en boquilla de aspersor reduce los costes de la factura eléctrica sin afectar a la producción del cultivo de maíz, lo que incrementa el beneficio neto de las explotaciones.
Los costes eléctricos del riego presurizado han experimentado un fuerte incremento en la última década, poniendo en riesgo la viabilidad de muchas explotaciones recién modernizadas, informa la estación experimental en una nota de prensa.
La investigación realizada en el grupo Riego Agronomía y Medio Ambiente de Aula Dei-CSIC, con la investigadora Nery Zapata al frente, analiza la reducción de la presión de trabajo en el aspersor como una alternativa para reducir los costes de la factura eléctrica. Para ello se realizó un diseño experimental en el que se analizaron tres tratamientos, uno de presión estándar en boquilla, 3 kg/cm², y dos de baja presión, 2 kg/cm².
En los tratamientos de baja presión se incrementaron los tamaños de las boquillas que equipaban los aspersores, de forma que la pluviometría de los tres tratamientos era igual, 5,2 mm/h. El ensayo se realizó sobre un cultivo de maíz a lo largo de tres campañas de cultivo, 2015, 2016 y 2017.
la reducción de presión en boquilla de aspersor de 3 a 2 kg/cm² ahorra energía, manteniendo los estándares de calidad
Los tres tratamientos se regaban a la vez, asegurando una dosis y unas condiciones de riego similares. Se evaluó la calidad del riego (uniformidad y pérdidas de agua por evaporación y arrastre) instalando mallas pluviométricas en cada tratamiento en la campaña 2016 y 2017, y se analizó el crecimiento del maíz, el rendimiento y sus componentes.
Los investigadores tras tres años de estudio llegaron a la conclusión de que la reducción de la presión de 3 a 2 kg/cm² en boquilla de aspersor no tiene efecto en la producción del cultivo de maíz ya que no se encontraron diferencias estadísticamente significativas entre ambos tratamientos de presión.
Además, también se concluyó que la cubierta vegetal del maíz tiene un efecto relevante en la distribución del agua de riego por aspersión que llega al suelo. La cubierta suaviza las diferencias de uniformidad del agua de riego que llega al cultivo entre los tratamientos de presión estándar y baja presión, de forma que al final, la distribución del agua que llega al suelo no es muy diferente entre tratamientos.
Con todo ello se puede afirmar que la reducción de presión en boquilla de aspersor de 3 a 2 kg/cm² ahorra energía, manteniendo los estándares de calidad en el uso del agua y la producción del cultivo, lo que incrementa el beneficio neto de las explotaciones.
Estos resultados de la investigación obligan a revisar los diseños de nuevas zonas regables en los que no es necesario que toda la superficie se riegue con presión estándar, ya que las zonas más desfavorables pueden regarse de forma satisfactoria con menor presión, sobre todo si esto implica no poner una estación de bombeo.
Los resultados de los ensayos en parcelas experimentales de explotaciones de maíz se trasladaron a parcelas comerciales de la Comunidad de Regantes (CCRR) de Almudévar. Se seleccionaron dos parcelas con el mismo diseño de riego en parcela en las que se sembró maíz, una se regó con la presión estándar (3 kg/cm²) y la otra a baja presión (2 kg/cm²), en las que los resultados de los ensayos en las parcelas comerciales fueron similares a los encontrados en las parcelas experimentales.