Andrés Góngora / Responsable estatal de Frutas y Hortalizas de COAG
Estamos a pocas fechas de la celebración de una de las ferias más importantes de nuestro país, Fruit Attraction, la Feria Internacional del Sector de Frutas y Hortalizas. Es una feria que ha alcanzado una enorme relevancia en estos 13 años y así lo hemos reconocido desde COAG por su papel en la promoción del sector y por colaborar en la salida de las producciones que cultivamos. Un estupendo escaparate para nuestro sector y para las empresas que forman parte de él. Pero cada vez más, un estupendo y cada vez más amplio escaparate para nuestros competidores directos: naranjas de Egipto, bananas de ultramar, uvas de Brasil, tomates de Marruecos…
¿Ganamos los agricultores y agricultoras españoles de frutas y hortalizas compartiendo este espacio con nuestros competidores? ¿No resultarán más favorecidos que nosotros estas empresas foráneas al colocarse a nuestro lado y beneficiarse de nuestra buena imagen, nuestra calidad y nuestro estricto modelo productivo? ¿Se le hace un favor a empresas importadoras que no miran por nuestro futuro sino sólo por sus bolsillos? ¿Podemos exigirle a la distribución comercial española y europea que priorice nuestras producciones cuando nuestras empresas comercializadoras y exportadoras facilitan este fantástico escaparate a importadores y productores de terceros países?.
Especialmente llamativo resulta el caso de Marruecos, uno de los principales competidores de las producciones hortofrutícolas españolas en los mercados de la Unión Europea. Nuestra agricultura y agricultores han sido y son moneda de cambio en los acuerdos comerciales entre la UE y el país alauita. Tras estar ausente en las primeras ediciones de la feria, los organizadores se coronaron facilitando su entrada y el posterior crecimiento en metros cuadrados de stand de grandes empresarios marroquíes.
En la edición 2021 choca aún más su presencia. Hemos visto hace pocos meses cómo las presiones políticas y de todo tipo procedentes de los dirigentes marroquíes se han convertido en insostenibles e irresponsables con la utilización de personas emigrantes para obtener réditos económicos, políticos y estratégicos. La propia asociación de comercialización y exportación de Almería, COEXPHAL, señaló en una carta abierta a los supermercados que “el sistema de gobierno del país magrebí tiene poco que ver con una democracia del siglo XXI sino más bien con un sistema feudal del siglo XIII. Las condiciones laborales de los trabajadores que cosechan o elaboran las exportaciones hortofrutícolas son mejorables y sus salarios son ocho veces menores a los que se pagan en España. Los controles sanitarios y de calidad a los que son sometidos no tienen punto de comparación a los que son realizados a los producidos, elaborados o manufacturados en España o en cualquier país de la Unión Europea”. Además, Marruecos incumple reiteradamente el acuerdo comercial con la UE, tanto en contingentes, pago de tasas arancelarias o respeto a la estabilidad de los mercados.
Sin embargo, y contra toda coherencia, se prevé la participación de empresas con producción en Marruecos en la feria Fruit Attraction. Empresas que abrazan ese modelo productivo, duramente descrito en el párrafo anterior y que atacan nuestra rentabilidad y futuro.
Está claro que Fruit Attraction es una iniciativa privada, pero recibe reconocimientos y apoyos públicos. Es evidente que los organizadores de Fruit Attraction tienen libertad para acoger a los participantes que estimen oportuno, pero hay decisiones que no benefician a las agricultoras y agricultores españoles. Quizá es hora de plantearse algunas cuestiones y tomar algunas decisiones. En COAG tenemos claro dónde situarnos.