EFE.- La consultora especializada en la gestión de propiedades singulares Lançois Doval, con sede en Barcelona, gestiona la comunicación de alrededor de 1.500 ofertas, muchas de ellas en el medio rural, según detalla su portavoz, Roberto Menetray.

En numerosas ocasiones son casas de gran tamaño que incluyen fincas de «ocio» o «recreo», olivos, viñedos, caza o ganado.

Entre los ejemplos, en la cartera de esta compañía figura un cortijo del siglo XVIII de 1.500 metros cuadrados edificados en una finca de 205 hectáreas ubicada en Sierra Morena (Córdoba).

Es «El Cortijo los Corteses», con 14.000 olivos ecológicos, «centenarios y de magnífico porte», que cuesta 2.475.000 euros.

En Barcience (Toledo), se vende una finca de 210 hectáreas de regadío, con embalse de 200.000 metros cúbicos, y un castillo incluido -tiene el bajo relieve más grande de Europa- por valor de 30 millones de euros, aunque también la ofrecen en alquiler para la localización de rodajes, publicidad, eventos y celebraciones.

Entre las propiedades figura también una de Bertín Osborne, a 18 kilómetros de Sevilla; una hacienda y molino de aceite del 1761 en venta, que dispone de 2.000 metros cuadrados construidos. El complejo consta de una casa principal de 10 dormitorios, capilla, viviendas de guardas y para invitados y de edificio de oficinas, lo que la hace «ideal para residencia particular» u «hotel con encanto», especifican.

En La Manchuela Alta (Cuenca), se vende una explotación de caza y recreo de 1.280 hectáreas, con caza mayor (jabalí y corzo) y caza menor (perdiz, conejo, patos y torcaz) y, en Badajoz, una finca «de lujo» de 180 hectáreas, que incluye cortijo, añade la compañía.

Ahora se explota con ganado vacuno y siembra de cereal, pero reúne condiciones para el ovino, el porcino o para yeguada.

También buscan millonario casas señoriales, Pazos en Galicia, Casonas en Asturias o Masías en Cataluña, añade Menetray, en muchas ocasiones bienes de interés cultural, «propiedades únicas», así como bodegas o fincas de viñedos en Rioja, Navarra o Requena.

Sobre el perfil de los compradores más frecuentes de este tipo de propiedades, destacan los nacionales, aunque también los hay franceses, ingleses, alemanes o mexicanos, mientras que abundan los chinos o rusos, al menos en lo que a estos bienes rurales respecta.

Entre el español, el cliente potencial es empresario o industrial, pero muchos de ellos «están tocados por la crisis», lo que dificulta las compra-ventas o las atrasa en el tiempo, reconoce.

«Yo no veo ningún ruso comprando Pazos o Palacios en Galicia, porque ellos quieren sol» y prefieren la costa, subraya el directivo, como tampoco chinos, que se centran en otro tipo de inversiones en grandes ciudades, como Barcelona o Madrid.

Entre los vendedores, hay «gente conocida», pero también otro tipo de perfiles que ordenan la operación de venta con gran discreción para que no se sepa que quieren deshacerse de la finca, porque necesitan «cash» para afrontar los problemas empresariales, a causa de un divorcio o para repartir herencias.

Apunta que el momento de mercado actual en España es convulso por la poca confianza del inversor, que ralentiza las operativas.

En lo que va de 2014, «la gente se informa» y realiza muchos contactos para conocer más pero «la falta de confianza hace que se ralenticen las operativas»

Y, los extranjeros, «saben perfectamente la situación del mercado español», por lo que buscan «gangas».

Se muestra, así, pesimista sobre el momento actual del mercado inmobiliario de estas características dada la «tranquilidad importante» que aprecia en la demanda, aunque algunas estadísticas traten de dar la sensación de «normalidad» y hasta de «optimismo».

«Sigue habiendo mucho interés en sacar productos a la venta» y, entre los sectores que más han impulsado la oferta, figuran los alojamientos turísticos, como las casas rurales y hoteles «con encanto», un segmento que creció mucho antes de la crisis y uno de los que más la ha sufrido también después, concluye.

×