Los países europeos se reunían esta semana para analizar cómo será el futuro de Europa sin Gran Bretaña y defender una unidad asediada por el desencanto de unos ciudadanos que la ven cada vez más lejana. Pero aunque no se hablara del tema, estos cambios que se avecina pueden tener una seria repercusión en el sector agrario y ganadero, en especial por las modificaciones que se avecinan dentro de la PAC. Por un lado en su esencia, con la intención de retirar la figura del ‘agricultor activo’; por el otro por el económico, donde se vuelve a insistir en que la marcha británica va a representar una pérdida de 3.900 millones de euros.

Bajo el epígrafe de que se quiere aliviar la carga administrativa para los agricultores y reducir la carga burocrática que conlleva la PAC, algo con lo que están de acuerdo todos las organizaciones agrarias, el comisario europeo de Agricultura, Phil Hogan, también apuesta por algunos cambios de un calado importante, como modificar sustancialmente la figura del ‘agricultor activo’.

Los posibles cambios en la figura del ‘agricultor activo’ puede favorece que empresas ajenas al sector accedan a las ayudas

Creada para evitar que organismos ajenos a la actividad agraria pudieran cobrar este tipo de ayudas, como campos de golf, empresas ferroviarias o aeropuertos, el objetivo ahora es permitir a los Estados Miembros mayor discreción a la hora de aplicar la definición de ‘agricultor activo’. La idea de fondo es que cada Estado pueda decidir si desea o no seguir aplicando esta definición o abrir la mano para que esas empresas también puean acceder a esos fondos europeos.

Ya en España, donde Gobierno y organizaciones agrarias defienden su aplicación, aunque con distintas valoraciones sobre cómose debería hacer, ha vivido en el último mes un complejo debate al imponer la CE una modificación sobre esta figura del ‘agricultor activo’. Una denuncia de Unión de Uniones ante la propia CE provocó que desde Europa se instara a España a cambiar algunos aspectos de su definición, ne lo que ahora parece un primer paso para ir perfilando los cambios sustanciales que se quieren imponer toda Europa.

Sin embargo, también cabe reconocer que estos cambios auspiciados por Hogan también buscan dar un impulso para hacer un mejor uso de los instrumentos financieros en el sector agrícola y proporcionar mayor acceso al capital para los agricultores, especialmente a los agricultores jóvenes para quienes el acceso al crédito es un problema constante. El objetivo general es garantizar la mejor asignación de los fondos públicos y aumentar la competitividad del sector agrícola.

las pérdidas del brexit en el sector agrario y su efecto sobre los fondos de la pac

Otra cuestión importante a medio plazo es la consecuencia que conllevará la salida de Gran Bretaña de la UE y el efecto económico del Brexit no sólo en la propia PAC, sino en la economía vinculada a la agricultua y ganadería.

Aunque el nuevo Gobierno británico ha dejado claro que quiere seguir dentro de la PAC hasta 2020, esta semana la consejera de Agricultura, Pesca y Desarrollo Rural de la Junta e Andalucía, Carmen Ortiz, dejaba claro en el parlamento autonómico que las primeras estimaciones de la Consejería calculan que el Brexit supondría una reducción de más de 12.900 millones de euros del presupuesto global. En el caso concreto de la PAC supondría una reducción inicial de 3.900 millones de euros correspondientes a pagos directos, recursos del Fondo Europeo Agrícola de Desarrollo Rural (Feader) y medidas de mercado.

Una cifra a la que se debe añadir que la devaluación de la libra sí es ya un impacto inmediato, ya que desde que se conoció el resultado del referéndum sobre la posibilidad de abandonar la UE, esta moneda ha caído más de un 8% frente al euro. Es de esperar, como ha comentado Carmen Ortiz, que este hecho afecte al volumen y el valor de las exportaciones, por lo que la Junta hará «un seguimiento especial de estos mercados», si bien no se prevé cambios en las relaciones comerciales en la próxima campaña «más allá de este efecto divisa».