La bodega Santa Margarita ha apostado por una la innovadora y original gama de vinos que se caracterizan por ser de distintos colores. La elección de cada color fue acompañada de un análisis previo de sus propiedades utilizando técnicas de colorterapia para que en su fase visual cada vino genere una determinada sensación.
Eso sí, son vinos elaborados por la propia bodega que mantienen una elevada calidad y respetan la tradición, pero tratan de salirse de lo común. La viticultura, la recolección, el proceso fermentativo o el embotellado de esta gama siguen criterios totalmente tradicionales pero como dicen desde la bodega Santa Margarita , «tradición no debe ser sinónimo de inmovilismo».
PasionWines está integrado por ocho vinos diferentes. Ocho tonalidades, cada una con su razón de ser. Abrió la gama el azul PasionBlue, en origen un blanco chardonnay al que se le añadió la pigmentación azul procedente de una variedad de uva tinta muy común de la zona. El éxito fue inmediato y su presencia es cada vez más frecuente en todo tipo de eventos. No pasa inadvertido y capta todas las miradas gracias a su frescura y distinción.
La gama se completa con el Pasion Red, el Pasion Gold, el Pasion Rose, el Pasion Orange, el Pasion Green, el Pasion Pink y el más reciente Pasion Cherry, siempre con pigmentos de procedencia natural. Todos ellos diferentes y con personalidades muy marcadas, con una versatilidad que rompe esquemas. Y todos con una presentación atractiva y muy cuidada, singulares pero no extravagantes. La cápsula y la etiqueta se complementan, no desentonan, con un diseño limpio, claro y moderno que no deja nada al azar ni se olvida del color de cada vino.
El contraste entre vista y gusto
Una de las premisas esenciales de la bodega Santa Margarita a la hora de lanzar esta gama de vinos es que, además de captar la atención, fuesen «fáciles de beber y abriesen el paladar a nuevos gustos». Al final, se logra una nueva experiencia sensorial, en la que la vista tiene mucho juego. «Los aromas y los sabores mantienen su importancia en estos vinos, pero el aspecto visual, con colores muy atractivos, es sin duda el que mayor fuerza aporta», declaran los responsables del proyecto.
No en vano, la elección de cada color fue acompañada de un análisis previo de sus propiedades. Utilizan las técnicas de la colorterapia para que en su fase visual cada vino enlace con las experiencias más positivas de la vida. Son también, por esta razón, vinos que se recuerdan con mayor intensidad.
Quizá lo que más impacte a la hora de consumir los PasionWines sea el contraste entre las expectativas que puede causar el color y lo que nos encontramos cuando recorren nuestras papilas. Así, el verde se puede asociar con la menta, pero en realidad, aunque los pigmentos se extraigan de clorofilas, su única influencia en el vino es la coloración. «El consumidor piensa que en la fase gustativa el vino también va a recordarnos aromas y sabores de clorofilas –detallan desde la bodega- pero la sorpresa está asegurada al comprobar que no es así».
De ahí que los PasionWines sean tan polivalentes. Suponen una garantía de triunfo tanto si se consumen solos como si van acompañando una comida o un postre, y no digamos ya el ambiente que ayudan a construir en fiestas, tapeos o en el ámbito de la coctelería.