Miles de veterinarios y propietarios de mascotas han vuelto este fin de semana, y en especial el domingo,a las calles de numerosas ciudades españolas para protestar con su pañuelo azul al cuello contra el decreto que, a su juicio, limita su trabajo y pone en riesgo la salud de los animales al dificultar y retrasar los diagnósticos y los tratamientos.
Bajo el lema «Veterinarios y familias, unidos por el bienestar animal» se han convocado manifestaciones y concentraciones en 40 ciudades, que se suman a las que se han sucedido durante los últimos meses en contra del decreto y del sistema ‘Presvet’ impulsado por el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación para monitorizar y vigilar la prescripción y el consumo de antibióticos entre los animales.
Diversas asociaciones de veterinarios y colegios profesionales han criticado esa norma, y aunque han corroborado su compromiso con la regulación y el uso de antibióticos y la necesidad de hacer un uso responsable de ellos, han reiterado que no ayuda en el ejercicio de su trabajo e, incluso, puede entorpecerlo porque puede llegar a anular su criterio clínico e impedir que muchos animales puedan ser correctamente tratados.
ADVIERTEN DE QUE MUCHOS PROPIETARIOS DE MASCOTAS OPTARÁN POR LA ‘AUTOMEDICACIÓN’ Y REUTILIZACIÓN DE ANTIBIÓTICOS SOBRANTES SIN SUPERVISIÓN VETERINARIA
Muchos veterinarios mantienen que el decreto y el sistema ‘PresVet’ puede llegar a poner en riesgo la vida de muchos animales si no pueden acceder con rapidez a los antibióticos cuando tienen que tomar decisiones rápidas y en situaciones críticas, tiene un enfoque «punitivo» y prevé sanciones desproporcionadas, y va a provocar la desatención de muchos animales que no están identificados con el correspondiente ‘chip’.
Han alertado de que muchos propietarios de mascotas van a optar por la ‘automedicación’ y reutilización de antibióticos sobrantes sin supervisión veterinaria, lo que puede aumentar el riesgo de resistencias y poner el riesgo la salud de los animales, y han incidido en que la cesión por parte del veterinario de la cantidad exacta de pastillas, ajustadas a cada animal y a la duración del tratamiento, evitaría esos problemas.
Además de las concentraciones y manifestaciones que se han sucedido durante los últimos meses contra el real decreto, más de 200.000 personas se han adherido con sus firmas a una reclamación contra ese decreto promovida a través de la plataforma de participación ciudadana Change.org.
Desde el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación han reiterado durante los últimos días que la normativa actual sobre medicamentos veterinarios permite a estos profesionales usar su juicio clínico a la hora de prescribir antibióticos, y ha negado que la norma impida a estos profesionales utilizar los antibióticos que consideren necesarios según su criterio.
El departamento que dirige Luis Planas ha señalado que ‘PresVet’ es un sistema de recogida de información que no establece limitaciones a las prescripciones de fármacos, y ha recordado que los veterinarios llevan trasmitiendo desde enero de 2019 las prescripciones de antibióticos para animales de granja y la base de datos y la transmisión de información funciona con total normalidad.
Las manifestaciones, concentraciones y ‘paseos reivindicativos’ de este fin de semana han reunido a miles de profesionales y propietarios de mascotas, muchas de los cuales han vuelto a lucir el «pañuelo azul veterinario», una iniciativa que se puso en marcha como símbolo de apoyo a estos profesionales frente al decreto gubernamental.
No es más que una opinión pero mientras no vuelva el sentido común y se deje de atacar al autoconsumo y la familia, es necesario hacer ver otro punto de vista. En este tema se ha utilizado a las familias de nuevo con un aprovechamiento del colectivo veterinario en su favor sin más. Y es que me hace acordar de la identificación del veterinario en el nuevo decreto sobre las gallinas.
Los veterinarios pueden seguir recetando antibióticos y demás pero los referentes a los animales y no usar los destinados a uso humano. Los primeros son varias veces más caros que los destinados a animales porque el estado español los subvenciona. Además podían acceder a estos antibióticos y otros medicamentos humanos y tenerlos en su botiquín y venderlos como si se tratara de un farmacéutico a un precio sustancialmente más bajo que el específico para el animal pero con un margen…
Han usado a los propietarios de mascotas como escudo, han manipulado sus sentimientos en un egoísmo del sector y que pretende vivir de la seguridad social.
No digo otras dos cositas porque esta opinión me la guardo.
Todavía nadie está defendiendo la familia, la cultura, el sentido común y el autoconsumo ante la discriminatoria ley de registro de gallinas. Y al silencio hay que gritarle.
Cualquier iniciativa que inventen para luchar contra el éxodo rural, todo el dinero que se destine a fijar la población al terruño y demás, no servirá de nada mientras siga este ataque constante a la familia.
Han hecho una ley al autoconsumo tan desproporcionada, desigual y discriminatoria que es imperativo denunciarla y atacarla. Una comparación sería como pedir los conocimientos y carnets de camioneros a los peatones que transitan la vía pública o la trazabilidad y controles que se pide a » Bimbo» a la panadería del pueblo.