En un comunicadode prensa, este Colegio de Veterinarios de Zaragoza asegura que “además, los mataderos están obligados a examinar la documentación de los caballos y comprobar que están registrados en el Registro de Identificación Individual de Animales (RIIA) de cada comunidad autónoma, conectado a una base de datos central”, explica el presidente del Colegio de Veterinarios de Zaragoza.
De esta forma, se asegura una trazabilidad completa, el veterinario responsable y los tratamientos que ha recibido el animal. Por ello, los animales que han recibido principios activos no permitidos en la cadena alimentaria son detectados antes de entrar en la misma.
Además, antes de que esos productos derivados de los caballos lleguen al consumidor final, “se realizan inspecciones de todos los canales por parte de los veterinarios y muestreos aleatorios para realizar todo tipo de analíticas que permitan detectar posibles tratamientos no declarados, eliminándolos de los canales de la cadena y sancionándose al titular de esos animales”, informa el presidente del COVZ. Las sanciones son económicas y penales, ya que se trata de un delito contra la salud pública.
En relación a las hamburguesas que incluían carne de caballo entre sus ingredientes, sin detallar en el etiquetado, el Colegio de Veterinarios de Zaragoza, asegura que “es un fraude para los consumidores pero no implica riesgo alguno para la salud”. Precisamente gracias a los controles realizados por los servicios veterinarios oficiales han sido detectados y puestos en conocimiento de las autoridades competentes y de la opinión pública.