Según la Corporación de Reservas Estratégicas de Productos Petrolíferos (Cores), el contenido medio de bioetanol en las gasolinas se situó en 2012 entre el 6% y el 7,5%, mientras que los gasóleos incorporaban entre un 8,1% y un 9,8% de biodiésel.

    Desde el 1 de enero, el bioetanol paga un tipo impositivo de 424,69 euros por cada 1.000 litros y el biodiésel, de 331 euros, es decir, lo mismo que la gasolina y el gasóleo, a lo que hay que añadir un IVA del 21%, del que también estaban exentos.

   Fuentes de Fenadismer han asegurado a Efe que la desaparición de estas exenciones supondrá "el incremento automático del precio de los carburantes", porque, en su opinión, las petroleras lo van a cargar en el consumidor final.

   Desde la asociación apuntan que la subida de precios será, probablemente, "paulatina", pero descartan la posibilidad de que las distribuidoras asuman el impuesto.

   Consideran "negativo" el fin de la exención porque establecer la misma tributación "supone disuadir el uso de combustibles alternativos" en lugar de fomentarlos.

    La Asociación de Operadores de Productos Petrolíferos (AOP) no ha querido pronunciarse sobre el impacto de estos impuestos en los carburantes porque "cada compañía o el propio empresario de la estación de servicio establece su precio" en función "de sus políticas comerciales".

   Sin embargo, sí destaca en un documento publicado en su página web que la carga fiscal de los carburantes se incrementó entre 2009 y 2012 en 18 céntimos el litro, debido a la subida del impuesto de hidrocarburos, el IVA y los tributos regionales

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