Los regantes y el sector agroalimentario de Castilla-La Mancha han mostrado su preocupación por el borrador del “Plan Hidrológico de la parte española de la Demarcación Hidrográfica del Guadiana”, al comprobar cómo el citado borrador no responde a las necesidades del sector y que de aprobarsae tal y como está « tendría unas consecuencias sociales y económicas muy negativas y perjudiciales para este territorio», en especial para el Alto Guadiana. Por eso, doce organizaciones han cerrado un manifiesto conjunto para oponerse a estos planes y lograr cambios «para que su futura aplicación no suponga un retroceso en el desarrollo del Alto Guadiana y que podamos seguir desarrollando nuestra actividad de manera sostenible y con proyección de futuro»
El Alto Guadiana incluye 173 municipios, con una extensión de 25.530 Km2 (más del 32% de la superficie regional), acogiendo 648.000 habitantes (más del 31% de la población regional).
La actividad tradicional es la agricultura, suponiendo el 46% de los cultivos, el 52% del regadío y el 64% del sector agroalimentario de Castilla–La Mancha. Los cultivos sociales son fundamentalmente de regadío y juegan un papel primordial en el ámbito económico, social y territorial de la Cuenca Alta del Guadiana. Además, el tejido empresarial agroalimentario está compuesto en su mayoría por pequeñas empresas, de las que dependen muchos trabajadores, estableciéndose más de la mitad de las cooperativas y bodegas regionales.
Los regantes y el sector agroalimentario, y especialmente el que se ubica en la zona del Alto Guadiana, están profundamente preocupados por el contenido del borrador del “Plan Hidrológico de la parte española de la Demarcación Hidrográfica del Guadiana”, que se encuentra en periodo de participación pública hasta finales del próximo mes de diciembre. En concreto han comprobado cómo el citado borrador no responde a las necesidades del sector, «que tiene el legítimo derecho a desarrollarse de una manera sostenible a través de una agricultura moderna, respetuosa con el medio ambiente y siendo uno de los pilares de la futura sostenibilidad del mundo rural».
Por ello, organizaciones como Asaja, UPA y COAG junto a Cooperativas Agro-alimentarias de Castilla-La Mancha y los regantes de la Mancha Occidental I, entienden que la actual propuesta de Plan Hidrológico del Guadiana, si se aprobara tal y como aparece en el borrador expuesto a información pública, tendría unas consecuencias sociales y económicas muy negativas y perjudiciales para este territorio.
CREEN QUE CUMPLIR LAS EXIGENCIAS DE LA NORMATIVA EUROPEA NO IMPLICA SUPONER UN PERJUICIO PARA EL DESARROLLO DE UNA AGRICULTURA MODERNA Y EFICIENTE
Por todo ello, piden una modificación de éste y que las diferentes administraciones públicas se coordinen de tal forma que los objetivos de una no sean impedimento para el desarrollo de los objetivos de otras. Es decir, «que sean compatibles los intereses sociales y económicos con los medioambientales, de tal manera que, si se están impulsando acciones para que la población se mantenga en el entorno rural, no se pueden desarrollar normativas que dificulten o impidan que la población permanezca en el mismo. En este sentido, entendemos que el desarrollo sostenible del regadío es perfectamente compatible con el respeto al medio ambiente».
Por ello, las organizaciones firmantes del manifiesto, que representa a todos los regantes y el sector agroalimentario, expresan su preocupación e incertidumbre por el futuro de este motor económico y social que es el Alto Guadiana, resumido en las siguientes cuestiones:
1. En general, creen firmemente que sin agua no hay futuro. Sin agua no hay jóvenes agricultores, sin agua no hay mundo rural. Es incoherente trabajar por el desarrollo rural por un lado, y reducir las cantidades de agua necesarias para producir alimentos y generar una economía que nos permita vivir en los pueblos, por otro. Por lo tanto, ven imprescindible la coordinación entre las diferentes partes de la Administración, que tiene la misión de velar por sus ciudadanos y de coordinarse para dar respuesta a sus necesidades.
2. Entienden que los datos de partida en los que se basan los cálculos de los recursos disponibles no son correctos. Es necesario contar con estudios rigurosos sobre las aguas subterráneas para conocer el funcionamiento del acuífero y dimensionar los recursos renovables disponibles para ser aprovechados de una manera sostenible que permitan garantizar el desarrollo rural y producir los alimentos que consumimos sin depender de terceros países.
3. El Gobierno de España debe dotar a la Confederación Hidrográfica del Guadiana de presupuesto y personal suficiente para que con carácter de urgencia pongan fin a los retrasos administrativos históricos que acarrea, así como regularizar las explotaciones pendientes.
4. No se han tenido en cuenta las consecuencias socioeconómicas de la aplicación de este Plan en la zona del Alto Guadiana. Esta exigencia se encuentra reflejada en la normativa, por lo que exigen su cumplimiento.
5. Están de acuerdo con que se cumplan con los objetivos medioambientales que se exponen en el Plan, coincidentes con las exigencias de la normativa europea. No obstante, creen que esto no significa que tengan que suponer un perjuicio para el desarrollo de una agricultura moderna y eficiente, con un uso de agua adecuado, que el borrador del Plan presentado impide desarrollar. Necesitamos alternativas adecuadas, tal y como se ofrecen en otras demarcaciones hidrográficas, para que la actividad agroalimentaria siga siendo el motor del Alto Guadiana.
Por lo tanto, han expresado la unión de todo el sector agroalimentario de Castilla–La Mancha, para solicitar la revisión y modificación del borrador del Plan Hidrológico de la parte española de la Demarcación Hidrográfica del Guadiana, «para que su futura aplicación no suponga un retroceso en el desarrollo del Alto Guadiana y que podamos seguir desarrollando nuestra actividad de manera sostenible y con proyección de futuro».
Finalmene,advierten de que defenderán sus derechos ante las instituciones nacionales y europeas «para asegurar un futuro a las siguientes generaciones, no sólo las de nuestro entorno, sino las de toda la sociedad, ya que, no lo olvidemos, nuestro principal trabajo es suministrar alimentos a la población y, por lo tanto, alimentar el futuro».