El inicio de la campaña de girasol en la zona norte de España está siendo difícil este año, las continuas lluvias han dificultado la preparación de las tierras y el frío ha hecho que el girasol se desarrolle despacio en los estadios iniciales, pero la mayor amenaza está siendo con diferencia la cantidad de ataques de gusano de alambre (Agriotes spp.) y de rosquilla (Agrotis spp.) reportados este año, así como la intensidad de estos ataques, habiendo casos de parcelas completamente arrasadas, sin una sola planta emergida, lo que da una idea de la cantidad de insectos presentes en el suelo, según lamenta la Asociación Española del Girasol (AEG).
Las zonas reportadas con mayor incidencia son las de Salamanca, Zamora, Palencia, Cuenca o Guadalajara. Se sabe que condiciones como las de este año favorecen estas plagas, las primaveras lluviosas, pero también el frío, que hace que el girasol se desarrolle despacio y pase demasiado tiempo en los estadios iniciales donde es más vulnerable.
Ambos insectos dañan la raíz de la planta. El gusano de alambre lo hace antes, atraído por el CO2 liberado por las semillas de girasol al germinar, de forma que la planta no llega a emerger. Las larvas de rosquilla roen las raíces y cortan el cuello de las plantas jóvenes emergidas, haciendo que se sequen y lleguen a morir.
En la zona centro y norte tradicionalmente se usan menos insecticidas, ya sea el granulado en la siembra (delta metrina, lambda cialotrin) o incorporados en el tratamiento de semilla, pero en opinión de la AEG estos son los métodos de control más eficaces, ya que, si se intentan utilizar después de comenzar a verse los daños, suele ser ya tarde y tienen poco efecto, siendo la resiembra la única opción.
Los tratamientos de semilla son los más eficaces para luchar contra el gusano de alambre, si bien en casos de infestaciones muy altas, las larvas que nazcan después de la nascencia del girasol no se podrán controlar.
En el caso de la rosquilla, y cuando se sospecha por la historia de la parcela que puede haber ataques, es recomendable hacer las aplicaciones al suelo en el momento de la siembra y, a poder ser, al atardecer.