Sus autores recuerdan que la dependencia energética española le cuesta al país más de 56.000 millones de euros al año en importaciones de hidrocarburos, lo que supone un lastre para el crecimiento económico del país, y que en un modelo energético bajo en emisiones de CO2, el gas natural está llamado tener protagonismo al ser menos contaminante que el carbón y el que el petróleo.
En España existen en la actualidad cerca de medio centenar de prospecciones autorizadas y otras tantas pedidas para investigar potenciales recursos de este tipo de gas, que los expertos localizan sobre todo en la cornisa vasco-cantábrica al tener el mismo tipo de formación geológica que áreas donde se aplica esta técnica en Estados Unidos.
Las consecuencias de posibles malas prácticas de los operadores pueden ser, según los ingenieros, escapes de gas o del fluido de perforación (agua contaminada con químicos).
En el primero de los casos, el peligro de la liberación de gas radica en la liberación de metano, un gas veinte veces más potente que el dióxido de carbono en su contribución al cambio climático; mientras que la liberación del fluido de perforación contaminaría el agua externa y e interna de los acuíferos.
Buscar que todo el mundo se beneficie
Además, han minimizado también el riesgo de sismicidad asociado a estas explotaciones en los lugares donde ya se han llevado a cabo -en Estados Unidos, fundamentalmente- y han señalado que la sismicidad "puede ser un factor de control de cómo avanza la fractura dentro de la roca", y que suele ser de entre 1 y 1,5 grados en la escala Richter, cifra similar "al tráfico rodado".
Los ingenieros consideran que España debe modificar su marco regulatorio para que tanto los titulares de los terrenos como las administraciones territoriales se beneficien económicamente de llevarse a cabo esta técnica, que consideran "una oportunidad" para el país y "un nicho trabajo importante".
El informe ha sido presentado por su director y catedrático de Ingeniería Química y Combustibles de la Universidad Politécnica de Madrid, Ángel Cámara, en la sede del Colegio de Ingenieros de Minas del Noroeste de España, donde ha sido presentado por el director general de Minería y Energía del Principado, Isaac Pola.