Ha señalado que con este abonado, fieles a los principios de la agricultura ecológica, favorecen el desarrollo de una fauna beneficiosa del suelo que, junto con las rotaciones de las cosechas y la eliminación manual de las larvas o insectos perjudiciales que puedan aparecer sobre las hortalizas, constituyen la base de unos métodos de cultivo totalmente naturales y respetuosos con el medioambiente.
Al mismo tiempo y para continuar con las labores de agricultura ecológica implantadas en los huertos, Ruiz ha indicado que los hortelanos han comenzado a preparar los semilleros de tomate, pimiento, calabaza, berenjena, lechuga, acelga verde y roja, espinaca, ruibarbo, así como una gran variedad de plantas aromáticas que miman diariamente hasta que poder trasplantarlas a las parcelas.
Las semillas provienen de la cosecha del pasado año
La mayor parte de estas semillas provienen de los mejores frutos obtenidos durante la cosecha del pasado verano y los hortelanos las guardan o las intercambian.
La responsable de Dinamización Social ha defendido que, además del alto valor nutricional que proporcionan los productos obtenidos en los huertos, hay otras muchas ventajas paralelas que hacen de iniciativas como ésta, una práctica beneficiosa para los habitantes de la ciudad.
Ruiz ha reiterado, además, que el programa de huertos sociales sostenibles del Consistorio santanderino es un importante instrumento para fomentar las relaciones humanas y la convivencia entre personas de distintas edades.
"Para los mayores, el trabajo en el huerto es relajante, gratificante y una maravillosa excusa para salir de casa y respirar aire puro, mientras se realiza ejercicio físico y para los más pequeños es un mundo por descubrir que se encuentra al alcance de su mano", ha afirmado.