Según una nota de ‘Pan cada día, esta declaración podrá utilizarse en alimentos que contengan un mínimo de 20 g de hidratos de carbono que sean metabolizados por los seres humanos, excepto los polialcoholes, por porción cuantificada y que sean conformes con las declaraciones de propiedades nutritivas “BAJO CONTENIDO DE AZÚCAR” o “SIN AZÚCARES AÑADIDOS”.
Para Beatriz Navia, portavoz científica de la campaña ‘Pan cada día’, esta alegación está más que justificada puesto que los hidratos de carbono son la fuente de energía más importante para el organismo y son parte imprescindible de una alimentación sana y equilibrada.
De hecho, una alimentación óptima debe contener más de un 45% de la energía diaria en forma de carbohidratos, tal y como han señalado la EFSA (45-60% de la energía ingerida a lo largo del día debe proceder de los hidratos de carbono) y la OMS/FAO (55-75% de la energía total diaria).
En este sentido, si consideramos que una dieta de un adulto puede contener unas 2.000-2.500 kilocalorías, considerando un 45% de esa cantidad, y que 1g de hidratos de carbono aporta 4 kcal según el Reglamento 1169/2011 sobre la información alimentaria facilitada al consumidor, un adulto debería ingerir unos 225-280 g de carbohidratos al día.