Cuando se encuentran en pleno proceso de negociación para la renovación de contratos con las industrias, los ganaderos de leche en Galicia están preocupados por la incidencia que pueda tener este año la llegada de la primavera sobre la producción de sus granjas la evolución de la Enfermedad Hemorrágica Epizoótica  (EHE), dado que el número de casos aumenta con la llegada del buen tiempo, a causa de una mayor actividad por parte del mosquito que la transmite.

Roberto López, ganadero de Lugo que forma parte de la directiva de la asociación Agromuralla -que agrupa a productores de las dos provincias del norte de Galicia-, es uno de los que ha alertado del riesgo que supone para la viabilidad de las granjas una rebaja en el precio de la leche en origen, cuando el sector está pendiente de un posible rebrote de la Enfermedad Hemorrágica Epizóotica (EHE), que podría producirse ya “a finales de este mes”, con la llegada de la primavera.

El presidente del Consello Galego de Colexios Veterinarios, Luis Núñez, ha explicado a Efeagro que “es en los meses de buen tiempo cuando este mosquito tiene una mayor actividad”, de modo que, previsiblemente, “con la llegada de la primavera”, es más que probable un incremento de casos de la EHE en las granjas gallegas.

Evidentemente, ha manifestado, no es algo matemático. No se produce un incremento lineal de casos con el cambio de estación, porque sería algo así como decir “cuándo guardamos la ropa de invierno para sacar la de verano”, habida cuenta de que incluso en la primavera pueden venir “épocas frías” en las que, consecuentemente, disminuye la actividad del mosquito transmisor.

La Enfermedad Hemorrágica Epizóotica (EHE) no provoca tanta mortalidad en las granjas como otras patologías, pero sin duda tiene una importante incidencia en la producción de las explotaciones, dado que se ve mermada en los animales enfermos.

Este descenso en la producción es más evidente en las vacas de leche enfermas, porque son animales cuyo organismo está un poco más “al límite”, más exigido, y por lo tanto pueden ser “más sensibles” que otras especies de ganado vacuno, como aquellas que están dedicadas a la producción de carne, “más rústicas”, precisa Luis Núñez.

Además, se da la circunstancia de que en las granjas “solo se conocen los casos más graves”, cuando hay otros animales que, a pesar de padecer la enfermedad, “están prácticamente asintomáticos”. A lo mejor, “pasan un par de días que comen peor, porque tienen cierto malestar”, pero su estado no llama la atención.

Sin embargo, el mosquito que transmite la enfermedad puede “picar a esos animales” y luego transmitirle la enfermedad a “otra vaca” que, por el motivo que sea, “está más sensible”, de modo que padece los síntomas asociados a la EHE.

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