Sin embargo, la gran cantidad de bellota en las dehesas de la provincia de Salamanca ha propiciado que el ganadero no tuviera prisa por vender, ya que no le suponía coste alguno aguantar alguna semana más que el cerdo siguiera en la montanera (período de cebo del cerdo en el campo, a base de hierba y bellota).

   Los industriales, sobre todo llegados del municipio salmantino de Guijuelo, han acudido en masa en la última semana a las dehesas para cerrar los tratos, ante el apremio por cerrar los sacrificios del ibérico de bellota.

   A los industriales de Guijuelo también se han sumado numerosos corredores de Extremadura, sobre todo de la zona de Alburquerque, lo que ha propiciado que los precios beneficien al ganadero.

   Entre los criadores, asentados, sobre todo, en las dehesas del oeste de Salamanca, hay cierta satisfacción, ya que apenas han tenido que gastar en pienso (el coste del kilo de pienso es de 30 céntimos) y el precio les permite unos beneficios.

   El sector del ibérico entró en crisis en el año 2008, cuando los precios de los animales criados con bellota se desplomaron y cayeron, de media, 60 céntimos por kilo.

   Hace siete años, en la campaña de 2006, el ibérico de bellota cotizaba a máximos de 2,67 euros por kilo-vivo, frente a los 2,10 de la actualidad.

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