Ante el enfado de todo el sector agrario español y europeo, la Asociación Nacional de Fabricantes de Fertilizantes (ANFFE), en línea con Fertilizers Europe, valora positivamente la reciente aprobación por parte del Parlamento Europeo de los aranceles a las importaciones de fertilizantes procedentes de Rusia y Bielorrusia y aportan sus propios datos sobre la subida que representará en los costes de producción.

Para la asociación, «sta decisión representa un paso firme hacia una Europa más autosuficiente y resiliente. Además de debilitar la economía de guerra rusa, estas medidas contribuirán a reforzar la producción europea de fertilizantes y a proteger a nuestro sector agrícola frente a la competencia desleal».

En este sentido, destaca que la industria europea de fertilizantes es clave para garantizar la seguridad alimentaria, apoyar la transición climática de la UE y preservar la resiliencia industrial del continente.

AVISAN QUE LA DEPENDENCIA RUSA AMENAZA LA ESTABILIDAD DEL SECTOR Y LA CAPACIDAD DE LOS AGRICULTORES DE ACCEDER A PRODUCTOS DE CALIDAD A LARGO PLAZO

Sin embargo, recalcan que desde la invasión de Ucrania, «los productores rusos se han beneficiado de precios del gas artificialmente bajos y de normativas ambientales laxas, lo que les ha permitido inundar el mercado europeo con productos a precios injustamente reducidos. Esta práctica ha distorsionado el mercado, debilitando la competitividad de las empresas europeas, provocando cierres de plantas y poniendo en riesgo miles de empleos».

En el caso de España, las importaciones de fertilizantes rusos se han disparado más de un 75 % en el año agrícola 2023/2024. Y advierten de que, esta dependencia creciente amenaza la estabilidad del sector y la capacidad de los agricultores de acceder a productos de calidad a largo plazo.

Sobre las críticas de la subida de los costes, ANFFE aporta sus propios datos, según la agencia Argus, señalando que «los aranceles podrían suponer un aumento de precio inferior a los 10 dólares por tonelada de fertilizante. Por su parte, la Dirección General de Agricultura de la Comisión Europea (DG AGRI) estima que un incremento de 10 euros por tonelada en el precio de la urea solo tendría un impacto del 0,12 % en los costes totales de producción para una explotación agrícola media, y del 0,24 % en el caso de los cultivos herbáceos».

Además, garantizan que «el suministro está asegurado. Existen alternativas viables en mercados como Egipto o Argelia, con precios competitivos. Asimismo, se prevé que los productores europeos reactiven parte de su capacidad inactiva (actualmente en torno al 30 %), lo que fortalecerá la producción interna y reducirá aún más la dependencia de Rusia».

La industria española cuenta con una capacidad de producción de unos 7,7 millones de toneladas anuales (entre productos intermedios y finales), mientras que el consumo nacional no llega a los 5 millones de toneladas. Esto demuestra que España tiene la capacidad suficiente para cubrir las necesidades del campo con producción nacional.

Por todo esto, señalan que «con esta decisión, las instituciones europeas envían un mensaje claro: proteger la industria europea de fertilizantes es proteger el empleo, la economía agrícola y la seguridad alimentaria del continente. Cuanto antes se apliquen estas medidas, antes podrá Europa avanzar hacia un modelo más justo, competitivo y sostenible».

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