Los expertos advirtieron de la necesidad de contar con más soluciones de control biológico para hacer frente a las plagas y enfermedades que amenazan las infraestructuras verdes. Así se puso ayer de manifiesto durante la primera jornada del II Foro de BioProtección Vegetal, que aborda las Alternativas de control en espacios verdes urbanos. Este encuentro científico, promovido por el Colegio Oficial de Ingenieros Técnicos Agrícolas y Graduados de Valencia y Castellón (COITAVC), con la colaboración de Phytoma, forma parte en su segunda edición del Congreso VIO 2020, una actividad enmarcada en la Semana Verde Europea.
En la inauguración, la presidenta del COITAVC, Regina Monsalve, puso en valor el papel de la bioprotección en la conversión de nuestras ciudades en espacios más respetuosos con las personas y con el medio ambiente. «En agricultura, la bioprotección ya tiene un buen recorrido, y queremos llevar esa experiencia a las ciudades, porque es necesario construir áreas urbanas más habitables, y desde la Ingeniería Agrícola podemos tender un buen puente», comentó.
Xavier Pons, catedrático del Departamento de Producción Vegetal y Ciencia Forestal de la Universitat de Lleida, y codirector científico del Foro junto a la Dra. Antonia Soto, investigadora del Instituto Agroforestal Mediterráneo de la Universitat Politècnica de València, impartió la ponencia inaugural, en la que realizó un análisis de las debilidades y amenazas de la gestión integrada de los espacios verdes, así como de sus fortalezas y oportunidades. Entre las primeras, destacó la falta de soluciones autorizadas para parques y jardines. «No hay prácticamente ningún enemigo natural comercial pensado exclusiva o principalmente para espacios verdes. Se traslada la experiencia obtenida en cultivos a los espacios verdes sin contrastar adecuadamente la compatibilidad y efectividad de los organismos de control biológico disponibles en los ecosistemas urbanos». Pons también denunció la escasa inversión para el desarrollo de estudios a medio y largo plazo, que no se tienen en cuenta en los planes de producción ecológica y otras fuentes de financiación de proyectos, y los pocos grupos de investigadores relacionados con el estudio en ese ámbito.
El primer bloque del Foro, dedicado a la situación actual de la Gestión Integrada en espacios verdes, reunió a Ángel Martín, de la Subdirección General de Sanidad e Higiene Vegetal y Forestal del Ministerio de Agricultura; Estefanía Hinarejos, directora de la IBMA España, asociación que representa a los fabricantes de productos de bioprotección; María del Carmen Márquez, responsable del grupo de áreas verdes de la Asociación Empresarial para la Protección de las Plantas (AEPLA); Ana Cristina Olmeda, asesora ROPO (Registro Oficial de Productores y Operadores de medios de defensa fitosanitaria) de la Federación Española de Empresas de Jardinería; e Irene González, Crop Manager de UPL Iberia.
Hinarejos reclamó un marco legislativo más favorable al uso en espacios verdes de productos de biocontrol y de bajo riesgo. Por ejemplo, los insecticidas biológicos que contienen Bacillus thuringiensis, prohibidos actualmente en áreas verdes. «La gestión integrada en parques y jardines debe centrar su foco en la prevención y en el uso de prácticas sostenibles, como la bioprotección, pero esto solo es posible si existe certeza y claridad regulatoria en estas tecnologías y se mejora tanto la disponibilidad como el uso de estas herramientas». Por su parte, María del Carmen Márquez lamentó la pérdida progresiva de muchos productos autorizados para las áreas verdes, «lo que aumenta la dificultad de llevar a cabo una adecuada sanidad vegetal de las zonas públicas».
«Tanto en jardinería como en vivero, la gestión integrada de plagas y enfermedades sigue viva, evoluciona hacia un perfil más sostenible, que se apoya más en una gestión respetuosa con el medio ambiente, a pesar del incremento de costes que supone adaptarse a estos cambios», destacó Ana Cristina Olmeda en su intervención.
En el segundo bloque se presentaron algunas alternativas sostenibles de control biológico de los espacios verdes, como el uso de nematodos entomopatógenos para el control del tigre del plátano (Corythucha ciliata), el control biológico por conservación de la mosca blanca de los naranjos ornamentales en Barcelona y las oportunidades de los fitosanitarios biológicos en espacios verdes ornamentales. Estas experiencias fueron explicadas por Fernando García del Pino, de la Universitat Autònoma de Barcelona (UAB); Mª Isabel Trillas, de la Universitat de Barcelona; Xavier Pons, catedrático de Entomología de la Universitat de Lleida y codirector del Foro; Cristina Prados, especialista en Áreas Verdes de Koppert España; y Luis Hiernaux, gerente en INFFE, que habló de las «desilusiones y esperanzas» de la aplicación y eficacia del control biológico en espacios verdes, método en el que tiene una amplia experiencia: «El control biológico es una herramienta muy interesante para el control de plagas en espacios verdes, a pesar de las dificultades que tiene su aplicación. El fomento de los depredadores y parasitoides establecidos en el ecosistema urbano permite desarrollar estrategias de control biológico de conservación, tendencia actual en el manejo de plagas. Si a eso se añade el potencial de los productos a base de microorganismos, nuestras esperanzas de un control sostenible y medioambientalmente seguro en espacios verdes aumentan».