En relación al alcohol, los expertos consideran que se debería incrementar progresivamente la imposición hasta alcanzar la media de la Unión Europea, así como revisar periódicamente los tipos específicos para conseguir que se mantenga el peso de la imposición sobre el peso final.

     La principal novedad en las propuestas en estos impuestos especiales es la creación de una tasa para el vino, ya que explican que la tributación del vino y bebidas fermentadas, como podría ser el caso de la cerveza aunque no se la menciona directamente, se encuentra en España "sujeta a tipo cero" y recuerdan que hay 13 países de la UE que hacen tributar los vinos tranquilos y en 18 países los vinos espumosos.

     Además, destacan que Francia acaba de establecer recientemente un impuesto sobre el vino y bebidas fermentadas, aunque a un tipo muy reducido, por lo que consideran la posibilidad de que se podría establecer también en España, imitando así el caso galo.

    La comisión presidida por Manuel Lagares considera que es "razonable" plantear la necesidad de realizar un "incremento progresivo" de los impuestos sobre el alcohol, hasta acercarse a la media comunitaria, incrementos que deberían tener en cuenta también la posible demanda.

FEBE no entiende ni comparte la decisión sobre el alcohol

    La Federación Española de Bebidas Espirituosas (FEBE) ya ha criticado el informe fiscal y sostiene que "no refleja la realidad del sector", al plantear un incremento de los tipos hasta igualar la media europea, así como su actualización anual.

    El director ejecutivo de FEBE, Bosco Torremocha, ha indicado en declaraciones a Efeagro que esta propuesta contiene "errores de bulto preocupantes", que "no reflejan el análisis pormenorizado anunciado por el presidente del Gobierno".

    Según Torremocha, "no puede plantearse una armonización europea", dado que los contextos socioculturales de cada país son distintos, así como el poder adquisitivo de sus ciudadanos.

    En este sentido, ha argumentado que la actualización anual de los tipos "debería significar también que el poder adquisitivo de los españoles se debería actualizarse en consecuencia".

    "Desde FEBE consideramos que la comisión de expertos no ha tenido el tiempo suficiente para analizar todo el contexto", ha añadido.

    Torremocha, además, ha aludido a "errores tanto en los aspectos numéricos como en la definición del propio hecho imponible, ya que en ningún momento se refiere a la cerveza".

    Sin embargo, Torremocha ha valorado que el informe mantenga el tipo reducido para los servicios de hostelería, ya que un 80% del consumo de bebidas espirituosas se realiza a través de este canal.

    "La hostelería en España es uno de los principales motores económicos, junto con el sector agroalimentario, y está claro que la recuperación económica pasa por que esos sectores sigan creciendo", ha asegurado.

La industria de alimentos rechaza el informe


    
También la Federación Española de Industrias de Alimentación y Bebidas (FIAB) ha criticado el informe fiscal, ya que, a su juicio, de producirse la subida del IVA reducido al general planteada subiría el coste del "65 % de la cesta de la compra de las familias".

    El director general de FIAB, Horacio González Alemán, ha asegurado en declaraciones a Efeagro que este incremento del tipo reducido al general "afectaría a las familias más desfavorecidas".

    En cuanto al IVA superreducido, el informe indica que a medio plazo los bienes sujetos a este tipo deberían moverse al general, salvo en el caso de los bienes de primera necesidad que sólo se moverían al 21% si se articulan mecanismos de compensación a través de prestaciones a las rentas mas bajas.

    En este sentido, los expertos argumentan que, como los tipos superreducidos se aplican en España esencialmente a los alimentos, su incremento afectaría muy negativamente a los segmentos de población económicamente más vulnerables.

    Según González Alemán, este planteamiento "es contradictorio y afectaría a los más desfavorecidos", ya que la mayoría de artículos incluidos en la cesta de la compra de los españoles no forman parte de los bienes sujetos al tipo superreducido.

    En cuanto a las bebidas alcohólicas, según González Alemán, "se están olvidando de que España es un país productor y de que los tipos se subieron recientemente, con lo cual no hay margen".

     Además, ha criticado que se plantee una subida en productos alimenticios "al margen de la hostelería", que quedaría exenta de modificación, ya que "los alimentos y las bebidas son clave, tanto para el turismo como para la hostelería".

    En su opinión, esta subida tendría "un impacto muy fuerte sobre la hostelería y el turismo, ya que la alimentación también es motor de la economía, siendo el primer sector productor" y una herramienta "para que España salga de la crisis".

    "Esperamos que el Gobierno desestime estas ideas, porque la recuperación depende del consumo", ha concluido.

La hostelería respira aliviada


   
La Federación Española de Hostelería (FEHR) celebra que la reforma fiscal planteada no apunte una subida del IVA turístico. En un comunicado, los hosteleros han mostrado su satisfacción por esta consideración y esperan que el Gobierno tenga en cuenta esta recomendación, al tratarse de un sector estratégico para la salida de la actual coyuntura económica.

    El informe Lagares entiende que "cualquier aumento del impuesto perjudicaría la competitividad internacional del sector, en un momento en que los principales competidores de España siguen aplicando tarifas reducidas".

    El turismo es un "pulmón económico" para España y generó ingresos de ciudadanos extranjeros en 2013 por valor de 45.153 millones de euros, lo que supuso un incremento del 3,7% sobre 2012.

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