“Hace 20 años que saltaron las alarmas sobre el Cambio Climático (CC) y a día de hoy, no se están tomando medidas. Los estudios de impactos prevén que los efectos negativos del CC, tanto al nivel económico como ambiental, aumenten de forma casi exponencial con el aumento de temperatura global, así que es extremadamente importante intentar limitar sus consecuencias”. Así comenzó A. Carrara, del Centro de Estudios Ambientales del Mediterráneo (CEAM), en el curso organizado por la Sociedad Española de Agricultura Ecológica (SEAE) sobre Prácticas agroecológicas mediterráneas de adaptación al CC. El objetivo de este curso enmarcado en el proyecto Adapta Agroecología es, precisamente, “identificar experiencias clave de adaptación al CC y capacitar a agricultores/as para afrontar las consecuencias del mismo”, comentan desde el Equipo Técnico de SEAE.
Ya es evidente que la agricultura mediterránea está sufriendo un impacto directo por los cambios en el clima “además de por otros factores relacionados como el ciclo hídrico, la erosión de los suelos o la aparición de nuevas plagas y enfermedades en zonas donde antes no existían”, continuó el investigador del CEAM.
En este sentido, “la agricultura convencional ha fracasado. La prácticas de la agroecología tiene un claro potencial tanto para mitigar el CC como para mejorar la resiliencia del sector agrícola, por ejemplo, por el secuestro de carbono, la disminución de las emisiones de Gases Efecto Invernadero (GEIs)…)”.
El poder atenuante de la agricutura ecológica
La Presidenta de SEAE, Mª D. Raigón, quiso trabajar el concepto de la agroecología como “una dimensión global que engloba diferentes dimensiones como la económica, la social y la ambiental” y se basa en cuatro pilares fundamentales “salud, ecología, justicia y respeto”. Al respecto del CC, señaló que “no entiende de fronteras” y que uno de sus peores efectos negativos es “el cambio de uso del suelo”.
En este sentido coincidieron el resto de investigadores/as como R. Canet, del IVIA, quien destacó que “lo que realmente diferencia a las prácticas de la agricultura ecológica de la convencional, es la importancia que se le da al suelo”. Explicó que el 60% de las emisiones de carbono por parte de la agricultura convencional vienen del “uso de fertilizantes minerales, que a su vez también afectan a la calidad del suelo”.
Para F. Amorós, de la Conselleria de Agricultura, Medio Ambiente, Cambio Climático y Desarrollo Rural “no existen fórmulas mágicas. Para hacer agroecologia hay que ser profesional, conocer el oficio y ser observador/a porque son muchos los parámetros a considerar”. Por ejemplo, “el suelo, cómo se comportan las plantas… definitivamente, conocer el entorno en el que estás”. Además, recalca, “es fundamental el papel del consumidor/a porque es él/ella quien debe tirar del carro con su demanda”.
Para concluir, A. Gomar, de la Unió de Llauradors i Ramaders, destacó el papel fundamental de la ganadería ecológica y los beneficios para combatir problemas causados por el CC. “Es muy buen momento para la gente que hace ganadería ecológica porque puedes ofrecer un producto de mayor calidad teniendo menor densidad ganadera. Aunque se paga bien en el mercado, todavía faltan infraestructuras para que la huella de carbono y los costes económicos sean menores”.
Tras las Jornadas Técnicas sobre Agroecología y Adaptación al cambio climático celebradas en Orihuela, este es el primer curso especializado para agricultores/as y técnicos/as que SEAE organiza gracias al proyecto Adapta Agroecología, financiado por la Fundación Biodiversidad del Ministerio de Agricultura y Pesca, Alimentación y Medio Ambiente (MAPAMA).
Cierto, la agricultura ecológica puede ayudar, pero la convencional también. La cuestión no estriba en el sistema de producción sino las tareas concretas que realiza el agricultor. El impacto de una explotación depende de su gestión concreta una ecológica puede ser más problematica que una convencional y viceversa.
Para másinformación:
Organic versus conventional citrus. Impact assessment and variability analysis in the Comunitat Valenciana (Spain). International Journal of Life Cycle Assessment 22 Número: 4 571-586
Assessing eco-efficiency: A metafrontier directional distance function approach using life cycle analysis. Environmental Impact Assessment Review, 63, 116 – 127.