La organización ecologista GEN ha instado al Govern Balear a tomar medidas urgentes para actuar contra la propagación de la Xylella Fastidiosa, proponiendo incluso la participación del Ejército para eliminar todos los árboles afectados, aunque rechaza la tala masiva de las zonas afectadas propuestas por la UE. Los ecologistas dicen que hay una situación de emergencia real y en cambio señalan que no existe una actuación mínimamente adecuada a las circunstancias.
La portavoz del GEN, Neus Prats, afirma que una vez confirmada la llegada de la plaga “no se ha realizado ninguna acción real, contundente por parte de las administraciones responsables”. Asegura que las medidas que propone la Comisión Europea, basadas en la tala masiva de todos los árboles afectados y situados en zonas limítrofes, como ya ha pasado en Alicante, “son absolutamente ineficaces, inútiles y perjudiciales”. Asegura que “no han servido de nada en otros territorios dónde ha llegado la Xylella, como en Italia”. En el caso de Ibiza supondría según los conservacionistas arrasar enormes extensiones de campo sin resultado práctico, además de una incalculable pérdida paisajística y económica.
Piden que se prohíba la entrada, venta y circulación de la totalidad de especies vegetales del listado oficial de portadoras de la bacteria
Cabe destacar que en el caso de las Islas Baleares la propia CE ha dado por perdida la guerra contra esta plaga, y cree que ni la tala masiva que exige su normativa garantizaría acabar con la devastadora bacteria que afecta a almendros, olivos, acebuches y decenas de árboles, plantas y arbustos del archipiélago
Prats dice que “se deben eliminar todos los ejemplares afectados por la plaga” y cree que sería factible solicitar ayuda al ejército para las tareas de eliminación. Además defiende “que se prohíba la entrada, venta y circulación en el interior de Ibiza de la totalidad de especies vegetales incluidas en el listado oficial como posibles portadoras de la bacteria.
Prats dice que la Xylella “es un problema real y muy grave que requiere de acciones contundentes”. Asegura que el Govern “tiene la obligación de velar por la protección del campo, sobre todo porque ahora se está sacrificando en beneficio del ajardinamiento de chalets y urbanizaciones”. Dice que los fondos necesarios también existen y se pueden destinar del impuesto turístico, “en lugar de usar esos recursos en absurdos proyectos como paseos marítimos o zonas urbanizadas de forma mayoritariamente ilegal”.