En su opinión, en la actualidad es "muy difícil" conocer las pérdidas económicas que representarán la ausencia de estos dos cultivos durante este año, aunque serán "importantes", sobre todo para los agricultores que se acogieron a la rotación de cultivos.

    El guisante y el garbanzo se siembran en tierras de secano -como rotación de cultivo o como cultivo aternativo-, que este año se han inundado o han sufrido las consecuencias de unas lluvias tan constantes.

    Por su parte, el vicepresidente de Apag-Extremadura Asaja, Félix Corbacho, ha manifestado en relación a estos cereales de primavera que solo podrán realizarse las siembras en el caso de los girasoles, otro cultivo importante en la comunidad.

    En cualquier caso, los cultivos de cualquier cereal de primavera llegan con un mes de retraso a la comunidad extremeña debido a las intensas lluvias acontecidas en marzo y los primeros días de abril.

     Las tierras destinadas al garbanzo y al guisante deberán dejarse para el "barbecho", recordando que en el caso del garbanzo "hay un dicho claro: solo le viene bien el agua al nacer y al cocer", ha recordado Corbacho.

     Además, el garbanzo deberá afrontar la enfermedad denominada "de la rabia", que se produce cuando hay "demasiado agua", que deberá ser erradicada de cara a la campaña siguiente aunque sus repercusiones este año "no serán muy importantes".

     A nivel nacional, las organizaciones agrarias alertan de que los cultivos de cereales, junto a frutas y hortalizas, serán los más perjudicados por las lluvias; y por tanto, donde se producirán más "pérdidas económicas".

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