El presidente de la Federación de Caza de Castilla y León, Santiago Iturmendi, duda de que los «grandes partidos» vayan a «llegar a tiempo» de adquirir compromisos reales y concretos para defender esta actividad cinegética y hacerse con los «400.000 votos» que cree que están en juego en la Comunidad dentro del voto rural.
En una entrevista con la Agencia EFE, Iturmendi afirma que «hay una sensación de que los grandes partidos se están acordando a última hora del mundo rural, del mundo de la caza, del mundo de la pesca y del mundo del toro».
«No sé si van a llegar a tiempo…», avisa el presidente de la Federación castellanoleonesa, convencido de que en el «vuelco electoral» ocurrido en Andalucía también ha influido la «campaña tan bien orquestada» por sus homólogos andaluces y que en su opinión demuestra que «la caza y el medio rural también vota».
En este sentido, ha reconocido que todos los partidos en el ámbito nacional se han puesto en contacto con las federaciones de caza en busca de ese voto rural: «Espero que convenzan a los votantes, yo desde luego como representante de la federación no me voy a manifestar a favor ni en contra de nadie, pero defiendo la caza a muerte».
«Lo que está claro es que ni al cazador de derechas, ni al de izquierdas, ni al de centro le gusta que jueguen con su actividad»
Iturmendi remarca que van «de la mano» de los agricultores y ganaderos y que sus reivindicaciones en esta materia deben quedar reflejadas en los programas electorales de los partidos porque «las palabras se las lleva el viento» y porque esta actividad es en su opinión una solución para el principal problema de Castilla y León, como es la despoblación.
El representante de esta Federación sostiene que los partidos saben «perfectamente» ante el voto rural que en Castilla y León hay cerca de 100.000 licencias de caza, pero que el «área de influencia» de estos aficionados equivale a unas «400.000 personas», que en su opinión están a la expectativa porque hay «votantes de todas las madres y de todos los partidos».
«Lo que está claro es que ni al cazador de derechas, ni al de izquierdas, ni al de centro le gusta que jueguen con su actividad», aunque para Iturmendi, en la formación del voto en Andalucía «también se ha votado un poco en español».
Aunque no se ha referido expresamente al ministro de Fomento, José Luis Ábalos, rechaza que se pueda vincular a los cazadores con el término «casposo»: «El que piense que el cazador es un señorito pijo o algo parecido está en el siglo pasado».
En su opinión, las federaciones de caza defienden «la caza social, al alcance de todas las economías», por lo que rechaza las «etiquetas» negativas, ya que considera a este colectivo como «terriblemente abierto», integrado por «gente muy sana»: «yo me considero un ecologista, un naturalista porque disfruto de la naturaleza».
«A mí no me hace falta llevar la escopeta para disfrutar de la naturaleza», plantea antes de preguntar cuál es «el plan B a la caza», tanto desde el punto de vista de generación de recursos económicos para los pueblos como en relación al control poblacional de las especies.
Preguntado por la forma en que la Junta ha ejercido sus competencias en materia de caza, el presidente de la Federación dice que «la relación no es mala».