Carniceros de distintas provincias españolas, se han unido a través de la asociación que los representa, Cedecarne, para lanzar un vídeo en redes sociales en respuesta al movimiento viral en los últimos días, en el que los jóvenes manifiestan su miedo a comprar en comercios tradicionales, por no saber cómo pedir los productos y por su poca costumbre al trato personal a la hora de comprar. Un sentimiento común que afloró con un vídeo de Tik Tok de una joven zaragozana en una carnicería, y que ahora los profesionales del sector que se han adaptado a los tiempos quieren derribar, desmintiendo mitos y acercándose a las nuevas generaciones.

Todo comenzó cuando la usuaria de Tik Tok @isaalaureano2 publicó unas imágenes suyas enfrentándose al mostrador de una carnicería tradicional, junto a un texto que decía: “Mi mayor miedo como semiadulta: no saber comprar en una carnicería”. En poco tiempo el vídeo superó las 200.000 reproducciones, se hizo un movimiento viral y comenzó a acumular comentarios de otros jóvenes que contaban sus curiosas y poco exitosas experiencias comprando en comercios tradicionales.

Esto no es más que una muestra de la realidad actual, que asola al comercio especializado de proximidad, también llamado “tradicional”, aunque ese adjetivo no representa la innovación que muchos de estos comercios están aplicando en su día a día. Tan solo en la Comunidad de Madrid, que es el reflejo del camino que siguen el resto de comunidades autónomas, se habla de 6000 cierres de comercios especializados al año, y un 24% de carnicerías menos en los últimos cinco años. Y es que los hábitos de consumo, especialmente en las nuevas generaciones, se están llevando por delante a pymes que dan empleo y vida a barrios, ciudades y a entorno rural.

Concretamente en el sector de la carnicería hay más de 22800 empresas, en las que trabajan más de 58000 profesionales, lo que supone una cifra de negocio de más de 4 millones de euros. Sin embargo, los carniceros no han realizado este vídeo para hablar de números, sino para concienciar a la generación Z, a los millenials e incluso a la generación X de que, si cierran los pequeños comercios, perderemos la esencia y la magia de nuestras calles, perderemos la cercanía, y perderemos la calidad de los productos que consumimos.

“Esto se reflejará, por ejemplo, en nuestra riqueza gastronómica, pues, si no nos dejamos asesorar por un especialista, no sabemos lo que compramos o qué es lo que mejor se adapta a nuestras necesidades reales. Por tanto, el resultado obtenido será peor”, comenta María Sánchez, Secretaria General de Cedecarne.

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