Los investigadores, que pretenden con este estudio "mejorar la reforestación de los bosques", han basado el experimento en la siembra de más de 15.000 semillas de cuatro especies distintas -encina, quejigo, pino laricio y sabina albar- en los bosques del Parque Natural del Alto Tajo (Guadalajara).
"Ninguna de las especies a las que se les ha hecho el seguimiento se ha regenerado mejor donde su misma especie era la dominante; parece que la coexistencia de especies arbóreas está favorecida por factores que van más allá de aquellos únicamente climáticos".
Sin embargo, la propia masa forestal también ha desarrollado "mecanismos de facilitación" como la mitigación, por parte de los ejemplares adultos, del estrés hídrico producido por las sequías, a través, por ejemplo, "de la reducción en los niveles de radiación o de una mayor disponibilidad de agua bajo las copas", indica.
Tras la observación de estos especímenes durante dos años, los investigadores han concluido que "los bosques mediterráneos producen un reemplazo de especies arbóreas y favorecen la coexistencia de distintas especies a largo plazo" como parte del "mecanismo que tiene el bosque para garantizar la estabilidad de sus ecosistemas", concluye la investigadora.
(Foto: Archivo Pedro Armestre www.greenpeace.org)