La vicepresidenta de los apicultores burgaleses señala que luchar contra esta especie invasora es "bastante difícil" y pone como ejemplo la situación de Francia donde llevan sufriéndolo más de una década y todavía "no se ha conseguido nada".

      Martínez señala que sólo se puede "trampear" para localidad y atrapar estos avispones y, además, alerta sobre los peligros de la captura de los nidos que no deben realizar los apicultores sino "profesionales con formación y equipo adecuado".

      En este sentido, explica que hace falta un buzo con un grosor determinado y una careta de pantalla especial porque a estas avispas "les gusta ir a la cara, escupen y te queman".

      Además, los bomberos con pértigas pueden inyectar un "veneno especial" para lo que hay que enseñar a cuadrillas para que puedan hacerlo, indica Martínez.

Reclama que se coordinen la labor de todas las administraciones en esta lucha


     La vicepresidenta recuerda que a través del Plan Nacional Apícola está estudiando la "velutina" pero todavía no se ha desarrollado un protocolo nacional que organice la coordinación necesaria entre todas las administraciones y áreas, como agricultura, medio ambiente, ganadería y salud pública, para abordar de forma conjunta este problema y "saber cómo actuar cada uno".

      A falta de esa coordinación nacional, la Asociación de Apicultores ha organizado hoy en Espinosa de los Monteros una conferencia informativa a la que han invitado a ayuntamientos, responsables veterinarios y apicultores para informar del avance del avispón asiático.

      Martínez detalla que en Vizcaya ha sido un "año malo" y ha habido explotaciones que se "las han comido enteras y no han dejado ni una colmena", en el norte de Burgos ya se ha detectado y temen que puedan provocar la pérdida del 50% de la producción de miel de esta temporada.

     Además, señala que el avispón asiático seguirá "avanzando a pasos agigantados" porque se multiplican con rapidez, 500 reinas por nido, y "se están adaptando al medio" ya que se han detectado algunos nidos en espacios como zonas altas de montaña cuando se suponía que "les gusta el calor".

×